Destacados / Nacionales · 15/03/2023

7 de cada 10 nicaragüenses no habitan en una vivienda digna

*Por Voces en Libertad

Resolver el déficit habitacional no ha estado en la agenda de ningún gobierno en los últimos 30 años en Nicaragua. El último censo de vivienda, lo hizo el Inide en el 2018 y el régimen también “saca mala nota”.  

Empresas del sector privado han construido en los últimos 20 años un poco más de 80 mil viviendas en el país, sin embargo, esto no representa ni el 10 por ciento del déficit habitacional que según datos oficiales ya supera el millón de viviendas en Nicaragua.

Sus datos revelan que para cubrir el déficit actual, el país debería construir por lo menos 648 mil viviendas nuevas, sin embargo, solo la demanda crece en 20 mil unidades por año, y de esa cantidad, el sector público y privado apenas construyen unas 10 mil casas anualmente, cubriendo solo el 50% de la demanda, según reportes oficiales.

Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el porcentaje de la población que vive en casas deficientes o que no posee una vivienda digna alcanza el 78% en Nicaragua, 67% en Guatemala, 58% en El Salvador, 57% en Honduras, 39% en Panamá y 18% en Costa Rica.

Es decir, al menos 7 de cada 10 nicaragüenses no habita en una vivienda digna, lo que representa según el BID, que más de dos tercios de las familias de Nicaragua, Guatemala, Bolivia y Perú habitan en viviendas deficientes.

El alto déficit de viviendas en Nicaragua es aún mayor en los sectores de bajos ingresos, pues ante la falta de políticas públicas orientadas a resolver el déficit habitacional ha sido la propia población por autogestión, pero sin asistencia técnica ni financiera, que ha venido produciendo barrios y caseríos en los 153 municipios del país.

El economista Francisco Jarquín, considera que “resolver el déficit habitacional, el cual es uno de los más elevados de la región latinoamericana, no ha estado en la agenda de ningún gobierno en los últimos 30 años en Nicaragua”.

Casas en Nicaragua necesitan reparación

Una encuesta de medición del nivel de vida realizada en el año 2014 por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) revela que 3 de cada 10 familias nicaragüenses, vivían en condiciones inadecuadas: hacinamiento, mala calidad de la vivienda y servicios insuficientes, lo cual, a casi nueve años de esa encuesta, no ha variado en lo absoluto.

El último censo de vivienda que el mismo Inide realizó en 2018, precisa que el déficit habitacional supera el 1,36 millón de viviendas en Nicaragua.

Según la Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur), para suplir el déficit habitacional en Nicaragua se necesitan unas 957,000 casas, entre nuevas y reparadas, y se estima que más del 50% de las viviendas que hay actualmente en el país necesitan de servicios básicos o mejoras de su infraestructura.

En los últimos 10 años hemos construido en el sector privado 30,000 viviendas, sin embargo, no logramos llegar al nivel para paliar el déficit interanual.  Cada año,  Nicaragua necesita unas 20 mil viviendas nuevas o mejoradas, no logramos llegar a eso dado al crecimiento demográfico y el rezago histórico que existe en Nicaragua, desde hace 50 años por diversos situaciones del país y desastres principalmente en Managua”, expresó Félix Baltodano, presidente de Cadur, durante la última feria de la vivienda realizada en Managua en noviembre del 2022.

Disminuir el déficit habitacional en un país de 6,6 millones de habitantes, es un reto para el estado y para las urbanizadoras, que año con año se plantean metas de construcción y colocación de viviendas, la mayoría de ellas vía créditos hipotecarios a través de cuatro ferias anuales.

En el año 2022, la Cámara de Urbanizadoras superó la meta planteada de colocar unas 3,000 viviendas en Nicaragua.

Casas desde los 25 mil dólares

En la feria Expocasa, que se realiza cuatro veces al año, se exponen 36 proyectos urbanísticos, y la meta de los representantes del sector es durante los dos días de feria colocar 200 viviendas y más de 1.000 en intenciones de ventas.

Los 36 proyectos urbanísticos están ubicados en su mayoría en los departamentos de Managua, Masaya, Granada, Rivas y San Juan del Sur, todos en el Pacífico de Nicaragua. En esa feria, hay ofertas de casas de interés social que no superan los 25 mil dólares, así como de costos medios y altos con valores que van desde los 70 mil dólares hasta los 200 mil dólares.

Baltodano revela que también hay ofertas de casas de playa, “un mercado que se reactivó a finales de 2021 en la zona del Pacifico, especialmente en San Juan del Sur, uno de los mayores destinos turísticos del país”.

Hemos visto que los precios de renta y venta de casas en estas zonas  de playas están mejorando considerablemente. Sabemos que hay nuevos proyectos que se están reactivando con una inversión importante, donde hay capital extranjero”, remarca Baltodano.

Por ley los nicaragüenses deben vivir dignamente

La Constitución Política de Nicaragua (Artículo 64) reconoce el derecho de la ciudadanía a una vivienda digna y establece que el Estado es garante de este derecho.

La aprobación en 2009 de la Ley 677, “Ley especial para el fomento de la construcción de viviendas y de acceso a la vivienda de interés social” fue un avance sustantivo para la regulación del derecho a la vivienda.

Esta ley constituye un punto de inflexión y una oportunidad para acometer el desafío de garantizar acceso a la población de bajos ingresos a una vivienda digna. “El problema de la vivienda en Nicaragua tiene su raíz en la falta de acceso a tierra urbanizada para la mayoría de la población nicaragüense, mientras que la oferta formal de lotes urbanizados es poca y el suelo adecuado para el poblamiento tiene un costo elevado”, indica un análisis de la Red de Viviendas y Asentamientos Humanos en Nicaragua, encargado por el organismo Hábitat para la Humanidad.

En Nicaragua las organizaciones sociales especializadas han aportado a la producción social de viviendas y a la mejora del acceso a agua y saneamiento para sectores de bajos ingresos con apoyo de la cooperación internacional y mediante modalidades de alianzas y asociaciones.

Entre 2007 y 2012 las organizaciones especializadas contribuyeron a la producción social de 12,000 viviendas en el país, según datos suministrados por el Instituto de la Vivienda Urbana y Rural.