El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció este miércoles ante el Consejo Permanente de ese organismo que el régimen de Daniel Ortega “entró ilegalmente a una oficina protegida por inmunidades y expropió ilegítimamente un edificio ni siquiera es de nuestra propiedad”, en referencia al edificio que la OEA arrendaba en Managua y que fue asaltado y confiscado por la dictadura Ortega-Murillo.
“Ayer se decidió la expropiación del edificio donde las oficinas de la OEA ocupaban parte del mismo, entró ilegalmente a una oficia protegida por inmunidades y expropió ilegítimamente una propiedad como una pretendida sanción a la OEA cuando ese edificio ni siquiera es de nuestra propiedad. La OEA solo arrienda parte del mismo”, dijo Almagro ante el Consejo Permanente de la OEA, que hoy debatió el robo de la propiedad y la expulsión de los representantes diplomáticos en Nicaragua.
Este mismo miércoles, el régimen de Ortega declaró oficialmente de “utilidad pública” el edificio cuyas propietarias son las hermanas Luz Marina Navarrete Guevara y María Auxiliadora Navarrete Guevara, esta última es conocida registralmente como María Auxiliadora Navarrete de Domson. El régimen pretende convertir el inmueble en un “museo de la infamia”.
“Estamos ante las más graves ilegalidades internacionales, seguidas de medidas nacionales más disparatadas que afectan a inocentes que solo hicieron desde hace años una simple operación inmobiliaria (…) Nada puede justificar un desconocimiento de las inmunidades y privilegios que gozan las instalaciones, los bienes, los archivos de una organización internacional”, agregó Almagro.
Afirmó que lo ocurrido en Managua “abre un precedente que de ser tolerado puede llevar mañana a los mayores atropellos contra cualquier organización internacional o contra cualquier sede diplomática”, sostuvo.
Representantes de los Estados miembros de la OEA rechazaron y condenaron el abuso del régimen orteguista en Nicaragua.
“Es un asalto, un ataque, a cada uno de nuestros Estados miembros. Debemos enviar un mensaje claro a Nicaragua y a cualquier otro Gobierno, que no toleraremos ninguna acción que debilite o eche tierra esta herramienta de las relaciones internacionales”, expresó el embajador Ronald Michael Sanders, representante permanente de Antigua y Barbuda.
El embajador Bradley A. Freden, representante de Estados Unidos, condenó lo sucedido en Managua y recordó que en los últimos tres años el régimen de Ortega ha incumplido los acuerdos que sostuvo con la OEA sobre la liberación de los presos políticos.
“Es esencial que tratemos este acto como la abominación legal e institucional que realmente es y veamos que refleja el rechazo del régimen a los compromisos adquiridos con esta organización. El régimen de Ortega hace caso omiso de las recomendaciones de este Consejo, desafía sus compromisos internacionales y los más importante es que niega derechos humanos al pueblo nicaragüense”, dijo el embajador estadounidense.
Por su parte, el embajador Washington Abdala, representante de Uruguay, señaló que, “lo que se está viviendo en Nicaragua es la barbarie” y la confiscación de la oficina de la OEA en Managua “es un indicador más de esa barbarie”.
Esta “infamia” deja en evidencia que “este tipo de violencia oculta una fenomenal debilidad del régimen”, advirtió Abdala. “El régimen está fuera de sí y recurre a estas manifestaciones” para evitar que la comunidad internacional le exprese que lo que está haciendo está mal.
Sorprendentemente, las delegaciones de Bolivia, México y Argentina, que siempre se abstienen de criticar al régimen de Ortega, rechazaron el robo del inmueble.
Mientras que la representante de Costa Rica, pidió un “diálogo entre todos los actores” para superar la crisis del país, e instó a Ortega a “volver al sendero del diálogo y multilateralismo”.