Nacionales · 03/09/2020

Analista sugiere unidad entre la Alianza Cívica, la UNAB y el Movimiento Campesino como nueva fuerza política

El analista político Bonifacio Miranda, opinó que las organizaciones cívicas que nacieron a partir de abril de 2018, deben unirse entre ellas y formar una nueva fuerza política opositora para derrotar a la dictadura de Daniel Ortega en las elecciones previstas para noviembre de 2021.

En este caso, Miranda se refirió a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), en conjunto con el Movimiento Campesino que surgió después de la aprobación de la Ley 840, ley de la Concesión Canalera hace siete años.

Para el analista, estas tres organizaciones deben romper con los partidos políticos tradicionales y unificarse en una nueva casilla electoral.

“No me voy a cansar de repetirlo insistentemente que desde abril de 2018 la gente quería algo nuevo, había un rechazo hacia los viejos partidos. Y estas organizaciones que surgieron la Alianza Cívica y la UNAB estuvieron trabajando en un momento determinado (…) Lo que se requiere es que estas organizaciones rompan con los viejos partidos en el plano electoral, no en el plano político”, mencionó Miranda en entrevista con La Mesa Redonda.

“La posibilidad que queda a estas alturas es que la Alianza Cívica termine su crisis existencial, rompa esa dicotomía que tiene y se defina por crear una nueva alternativa. Que la Unidad también rompa con los partidos tradicionales, el PLC, YATAMA, el PRD, que se unan en conjunto, que llamen a las tres fracciones del Movimiento Campesino, que organicen una conferencia pública donde estas fuerzas discutan cómo organizar una nueva opción política, que puede implicar desde convertirse en un partido político para una casilla electoral o el frente común para constituir la nueva opción que tiene que terminar siempre en una casilla electoral”, sostuvo.

A juicio de experto se está a tiempo de “hacer algo todavía”, en relación a que han pasado 2 años y medio desde la revolución cívica contra Ortega, y a que solo faltan meses para los comicios.

Para ello, el analista recomienda a estas tres organizaciones evitar las discusiones ideológicas, porque “eso divide”, y centrarse en “cómo terminar con esta dictadura y qué viene después”.  

Y en el caso de querer unir a más sectores a esa nueva opción política se debe hacer, pero una vez que ya hayan definido su rumbo, con programas y planteamientos concretos, sugirió Miranda.

El analista está seguro que la unión de la Alianza Cívica, la UNAB y el Movimiento Campesino causaría “un impacto emocional en la gente” y vería que “por ahí es la alternativa”.

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Coalición Nacional “vacía, ciega, sorda y jorobada”

En el caso de la Coalición Nacional donde están integrados estas tres organizaciones, el analista afirma que la gente no la ve como una alternativa, y que esta es una “oposición vacía, ciega, sorda y jorobada”.

Miranda expone que las organizaciones civiles no debieron unirse o aliarse con los partidos políticos considerados opositores al régimen de Ortega, ya que estos partidos en conjunto no suman ni el 5% de los votos.

“Qué sentido tiene la unidad con los chingastes que no suman ni el 5% de los votos, no tiene ningún sentido”, dijo Miranda. “Lo que tiene sentido es articular una estrategia para agrupar a la mayoría de la población”, añadió.

Para el analista, la actual oposición aceptó el juego electoral de Ortega. “Estamos peleando bajo las reglas del enemigo”, apuntó.

“La oposición camina como el cangrejo, camina para atrás y tiene una mentalidad arcaica que no entiende. Necesitamos desarrollar una astucia política, una estrategia de organizar a la gente para esa batalla electoral, de lo contrario vamos a ir chorreando sangre a esas elecciones”, auguró.

Miranda destacó que tiene que haber “un plus esfuerzo” de la oposición para tener “mayor astucia política, una estrategia clara, levantar la reivindicaciones económico-sociales de la gente para aglutinarla y poder obligar a esa dictadura a desmantelarse”. En esa línea de estrategias, indica que la única manera de obligar a Ortega a realizar reformas electorales es a través de la movilización y de la lucha de masas, sin embargo “nuestra oposición le tiene pavor a esto, eso es el problema”.

“Cuál es el problema, que es una oposición sorda, es una oposición ciega, está en el viejo esquema electoral, de que solamente ‘juntemos fuerzas los diferentes grupos y con eso vamos a arrasar en las elecciones’, ese es el planteamiento sencillo. Y tenemos una dictadura que es muy astuta, muy maquiavélica”, agregó.

Por último, Miranda cree que la negociación con Ortega “es casi inevitable”, porque “si no podés imponer los cambios por la vía revolucionaria, tiene que hacerse por la vía de reformas para obligar a los cambios”.