El presidente Joe Biden y su fiscal general Merrick Garland anunciaron este jueves medidas limitadas para abordar la violencia armada en los Estados Unidos, en lo que la Casa Blanca describió como un primer paso para frenar los tiroteos masivos, el derramamiento de sangre en la comunidad y los suicidios.
Las nuevas medidas incluyen planes para que el Departamento de Justicia tome medidas enérgicas contra las “armas fantasmas” autoensambladas y haga que las “abrazaderas estabilizadoras”, que efectivamente convierten las pistolas en rifles, estén sujetas a registro bajo la Ley Nacional de Armas de Fuego.
Biden dijo que también le pedirá a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que publique un informe anual sobre el tráfico de armas de fuego en los Estados Unidos, y facilitará que los estados adopten leyes de “Bandera Roja” que señalen a las personas en riesgo que poseen pistolas.
“Hoy estamos tomando medidas para enfrentar no solo la crisis de las armas, sino lo que en realidad es una crisis de salud pública”, dijo Biden, hablando en el Rose Garden ante una audiencia llena de familiares de víctimas de violencia armada. Señaló otro tiroteo masivo en Carolina del Sur en las últimas horas. “Esta es una epidemia, por el amor de Dios, y tiene que detenerse”, dijo Biden.
Biden, un demócrata que tiene una larga historia de abogar por las restricciones de armas, ha sido presionado para que intensifique la acción después de los recientes tiroteos masivos en Colorado y Georgia.
El presidente anunció las medidas junto con la vicepresidenta Kamala Harris y Garland, quienes, según él, darían prioridad a la violencia armada como jefe del Departamento de Justicia. “Hemos tenido más tragedias de las que podemos soportar”, dijo Harris.
La Casa Blanca dice que el presidente seguirá presionando para que el Congreso tome medidas más agresivas.
El control de armas es un tema divisivo en los Estados Unidos, que ha experimentado un número significativo de tiroteos masivos mortales en escuelas y otros lugares públicos durante décadas. La Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege el derecho a portar armas.
*REUTERS