Opinión / Ensayos · 26/02/2021

CARTA ABIERTA AL CAPITAL FINANCIERO Y AL GRAN EMPRESARIADO

Como integrantes del Movimiento Soy Pico Rojo, y en ejercicio de nuestros deberes y derechos ciudadanos, nos hemos involucrado en la búsqueda de soluciones cívicas a la crisis sociopolítica y económica, generada por 16 años de gobierno dictatorial, durante los cuales se acumularon numerosas demandas sociales, políticas y económicas, tanto urbanas como rurales, que, al no tener solución culminaron en el estallido de abril de 2018.

El sector financiero y el gran sector empresarial han sido actores preponderantes y claves en la promoción del desarrollo socioeconómico del del país y presumiblemente para garantizar la continuidad de dicho rol, en 2014 constituyeron una alianza de orden constitucional con el Gobierno Ortega Murillo, reforzada posteriormente con la Ley de Asociación Público-Privada de 2016. Los datos financieros y macroeconómicos, muestran que dicha alianza fue ampliamente beneficiosa para ambos sectores. Sin embargo, la multimillonaria riqueza lograda bajo este esquema, no se tradujo en bienestar para las mayorías, que lejos de esta floreciente bonanza, se mantuvieron entre la precariedad y la pobreza.

Mientras el dinero fluía abundantemente, la democracia, la institucionalidad pública y el Estado de Derecho fueron demolidos paulatinamente, ante la indolencia conveniente de los miembros del trinomio: Gobierno-Sindicatos-Sector Privado, hasta que el modelo fracasó estrepitosamente y las fuerzas contenidas explotaron, desatando una grave crisis sociopolítica que no parece tener solución.

La respuesta gubernamental a las demandas de libertad y democracia, ha sido la violación masiva de los derechos humanos, alcanzando niveles jamás vistos en el país. Aunque el sector financiero y el gran empresariado, rompieron el pacto con Ortega, han mantenido una actitud ambigua y hasta disuasiva de la demanda social y en un contexto de represión, asesinatos y dolor, han preferido no respaldar plenamente la grita social. Cabe recordarles que comparten una enorme deuda moral con el pueblo de Nicaragua por su responsabilidad directa en la gestación de la crisis y porque la actividad bancaria y empresarial se desarrollan con el dinero de los asalariados, cuentahabientes, pequeños y medianos productores, y población general.

Pese a la abundancia de dinero, algunos datos emblemáticos del sistema financiero, muestran distorsiones que se contraponen y desalientan el desarrollo, destacando la priorización del crédito para consumo en detrimento del crédito para inversión, especialmente en el sector rural y en el de las mipymes (de rostro mayoritariamente femenino). De la misma manera, las altas tasas de interés del crédito (17% dólar, 50% córdoba y 60% tarjetas de crédito), desincentivan la producción nacional al tiempo que contrastan drásticamente con las bajísimas tasas de interés a los ahorrantes cuyo promedio no supera el 3.3%.

Una mirada al entorno Centroamericano, arroja datos insólitos y Nicaragua siendo el país más pobre de la región, tiene la mayor rentabilidad bancaria, 28% (en relación al patrimonio), mientras Panamá y Costa Rica, mucho más ricos, tienen márgenes de 14% y 10% respectivamente. Los márgenes de intermediación son también los más altos de la Región y en 2020 ¡En plena recesión económica!, llegaron a un 30%, adicionalmente en los años recientes las ganancias de las instituciones bancarias crecieron 3.8% veces más que el Producto Interno Bruto (PIB), sin que esta gigantesca acumulación de capitales, haya sido distribuida para paliar el sufrimiento y la angustia de las grandes mayorías.

El gran empresariado funciona de manera muy similar como se colige de los exorbitantes e indexados precios al consumidor, desde los alimentos, las medicinas y los combustibles, hasta los automóviles o los insumos y equipos agropecuarios, son inalcanzables para las mayorías, sin contar con los precios de la energía que aniquilan las posibilidades de desarrollo personal y empresarial. De manera similar, los grandes dividendos de la producción agroexportadora y manufacturera, no se distribuyen equitativamente y en contraste, los altos costos ambientales asociados, son absorbidos por la población.

De acuerdo a Ley Moral: Quien más recibe, más debe dar, y teniendo en cuenta la deuda contraída con el pueblo de Nicaragua por parte de estos sectores, por su contribución a la consolidación de la dictadura, más la concentración desmedida de capitales a la sombra de su alianza con el gobierno, nosotras las y los Picos Rojos, URGIMOS a estos grupos económicos a:

  • Tomar conciencia del papel clave que pueden desempeñar para que el voto cambie la situación actual de sometimiento a una dictadura espuria, golpeando la mesa como la mayoría del pueblo está haciendo y por supuesto, sin arreglos a espaldas del pueblo.
  • Promover y sumarse a la Unidad Nacional, para enfrentar en un solo bloque opositor, a la tiranía Ortega Murillo en las próximas elecciones nacionales, como la vía más eficaz para derrotarlos cívicamente.
  • Usar su capacidad de presión nacional e internacional, para lograr las condiciones habilitantes para las elecciones, que fueron acordadas en marzo 2019 y refrendadas por la OEA, en octubre 2020, dando prioridad a: la liberación de los presos políticos, la aprobación de las reformas electorales y la restitución de los derechos y libertades públicas, consignadas en la Constitución Política de la República.
  • Concertar con todos los sectores sin excepción, Coalición Nacional, grupos organizados de la diáspora y demás opositores, los ejes del desarrollo económico futuro, teniendo en cuenta los principios de racionalidad, equidad y responsabilidad social empresarial, como medida necesaria para superar el anquilosado y feudal sistema económico-social que nos mantiene entre los países más pobres del mundo.
  • Asumir los deberes y derechos que como ciudadanos de Nicaragua están obligados a cumplir, en favor del desarrollo económico equitativo de un pueblo que ha contribuido con creces a la riqueza de las élites, y que por demás ha pagado un alto precio en sangre, sudor y muerte para conseguir la democracia que necesitamos y salir así del oscurantismo en que nos ha sumido la dictadura más cruel y oprobiosa de nuestra historia.

Esperamos que esta vez, apuesten por Nicaragua y no traicionen las demandas del pueblo.

Por la Paz, la Justicia y la Democracia

Movimiento Picos Rojos

Con copia a:

Papa Francisco

Conferencia Episcopal de Nicaragua

Cuerpo Diplomático acreditado en Nicaragua

Cámaras empresariales de Centroamérica y el Caribe