Opinión / Ensayos · 22/09/2021

COMENTARIOS AL ARTÍCULO DE FERNANDO MIRES

*Por Hugo Rodríguez, experto sobre temas de relaciones internacionales

Este análisis es muy importante, nos deja bastante mal, porque a menudo varios de los que son entrevistados de nuestra oposición hablan de “derrocar” a la dictadura de Ortega, a pesar de habérselos advertido en varias ocasiones, sobre lo peligroso que significa decir eso de manera abierta.

Asimismo, este enfoque también va de la mano con varios de los que atacaron la idea de una salida electoral, alegando que esa vía era “derrotista” o zancuda o se le descalificaba de “electoralista”, impidiendo la posibilidad de avanzar en serio de cara a la construcción de una oposición unida, lo cual traía el agregado de que toda oposición unida significa una oposición grande y con ello, se creaba un factor de enorme presión contra Ortega y sus afanes.

Estamos claros que Ortega ha tenido en su proyecto político-personal consolidar sus posiciones para atornillarse en el poder, pero se la facilitamos, al permanecer la oposición no solo desunida, sino, además, en conflicto; en parte debido al trabajo de la dictadura a revés de sus aparatos de inteligencia, pero principalmente de quienes hicieron de su labor política la de actuar como OPOSICIÓN DE LA OPOSICIÓN. No habría sido así, si la oposición se hubiera unido, porque la sola unidad mete presión, no solo interna, sino que era un tremendo incentivo a la comunidad internacional, para meter una presión mayor.

Ortega tenía sus planes perversos, peso sólo podía avanzar en la medida que lo pudiera hacer, y solo lo podía hacer si se lo permitíamos, y objetivamente tuvimos en nuestras manos la posibilidad de que no lo hiciera; lo que tenía la ventaja estratégica, de que, al no poder avanzar en su proyecto, el desgrane y la consiguiente implosión del orteguismo, era algo que estaba a la vuelta de la esquina.

A pesar de todo, errores políticos incluidos, vale la pena estudiar este artículo, e incluso hacer un debate sobre el mismo, a fin de definir un derrotero estratégico, porque Ortega ha cometido no solo errores, sino estupideces mayores, como es matar el proceso electoral del 7 de noviembre, el enfocar la lucha política desde una óptica militar, secuestrar a los líderes de la oposición, con lo cual ha quedado ante los ojos de la población y ante la comunidad internacional, como una bestia, y sabe que su circo electoral lo dejará en una debilidad aun mayor, sin mencionar las consecuencias (de toda índole) que implica la falta de legitimidad.

Los Talibanes pueden permanecer sin reconocimiento un buen rato, pero cada día que pasen sin ser reconocidos, acumulan problemas y tarde o temprano se terminaran matando ente ellos, pero Ortega no puede jugar a ser Talibán, en pleno corazón del Continente americano. El propio Maduro, con las mayores reservas de petróleo del mundo anda desesperado, y Cuba no puede estar es una situación más lastimosa, a pesar de tener reconocimientos de países que no le pueden aportar mayor cosa; aunque en realidad es un reconocimiento a medias, porque esa otra “mitad” que le hace falta, lo representa la normalización real de sus relaciones con EEUU, o sea, abandonar la dictadura. El futuro de Ortega va por ese lado.

Nosotros estamos en lo correcto, ya la opción electoral del 7 de noviembre la mató el mismo Ortega, pero se necesita que toda la oposición esté en la misma línea; resaltando la vía pacífica para una salida a la crisis política; eso significa, exigir la realización de elecciones libres, transparentes y con observación internacional, conforme lo establecido en la Resolución de la Asamblea General de la OEA del 20 de octubre del 2020, pero eso solo será posible construyendo la unidad, aunque sea sólo juntos y no revueltos, pero al menos juntos. No divididos.