Nacionales / Salud y Vida · 25/05/2020

Régimen publica “libro blanco” y reconoce que le sigue los pasos a Suecia

Este lunes el régimen Ortega-Murillo hizo público su “libro blanco” en el cual informa “al pueblo nicaragüense y a la comunidad internacional” su modelo “único en el mundo” para enfrentar la pandemia del COVID-19.

El modelo “único” de los dictadores no lo es, pues es casi igual al que Suecia está utilizando con su fallida “inmunidad colectiva” que no establece cierres ni cuarentenas y que implica un contagio masivo de personas para que desarrollen anticuerpos y así impedir que la enfermedad se propague más. Sin embargo, en un país subdesarrollado como Nicaragua esta estrategia no funciona, por el contrario provocaría la pérdida de muchas vidas humanas.

El documento plagado de falacias, reconoce que el régimen ha impuesto una “estrategia de equilibrio entre la pandemia y la economía” por encima de la vida de las personas. El régimen argumenta su decisión al opinar que el COVID-19 “vino para quedarse”.

“Los países tienen que aprender a defenderse del virus y funcionar al mismo tiempo. Esto aplica también al ‘próximo patógeno’ en la saga de la lucha de nuestros sistemas inmunológicos con las bacterias resistentes a los antibióticos y las mutaciones de los virus. Nicaragua y Suecia representan alternativas al ‘lockdown’ (cierre total) en un país en desarrollo y un país desarrollado, respectivamente”, justifica la dictadura Ortega-Murillo.

“Nicaragua es el mismo ejemplo que Suecia, pero entre los países en desarrollo. El ‘lockdown’ total es en realidad parcial en todo país. Siempre tiene que mantenerse funcionando la policía, el ejército, la provisión de alimentos y de medicinas, toda la cadena de valor y logística que esto implica, las redes de comunicaciones e internet, el transporte, la electricidad, el agua, la recolección de desechos, los medios, el Gobierno. Todas las personas con funciones esenciales, que son numerosas, tienen que funcionar para conservar la vida civilizada”, insiste el régimen.

Cabe destacar que en Suecia, esta estrategia les resultó fallida, puesto que el país europeo cuenta con más muertos en comparación a sus vecinos Dinamarca, Finlandia y Noruega donde sí se adoptaron medidas de prevención y mitigación del brote.

Suecia tiene un muerto por cada 2.784 habitantes, Dinamarca, uno por cada 10.700, Finlandia, uno por cada 18.552, y Noruega, uno por cada 23.146.

Según la dictadura Ortega-Murillo, su modelo está basado en la realidad y condiciones del país, “que atiende con un enfoque preventivo a personas, familias y comunidades con acciones proactivas”. Y una vez más hace mención del “intento golpe de Estado” que no es más que una rebelión cívica, de las “fake news” que ellos mismos producen y de las sanciones que los países les ha aplicado a sus funcionarios corruptos y violadores de derechos humanos.

“Los golpistas y todo el aparato imperialista de redes sociales, noticias corporativas, “fake news” y mentiras diarias reclaman un cierre total para debilitar a la economía y al gobierno, a la vez que pintan en el exterior una situación ficticia de caos en Nicaragua. Frente a estos ataques, se tiene que cuidar la economía para evitar un aumento en la pobreza con todo lo que eso representa en materia de salud, morbilidad y mortalidad”, reza el documento.

“La política se basa en el hecho de que el 40% de la población vive en el campo y el 80% de los trabajadores del área urbana pertenecen al sector informal y ganan su sustento diario. A la vez, estamos defendiendo la recuperación económica de una economía debilitada por el intento de golpe de Estado de abril de 2018, que continúa bajo ataque por campañas de noticias falsas (“fake news”) y desinformación, así como ilegales medidas coercitivas”, dice el “libro blanco”.

El régimen afirma que “el país ha estado bien preparado para esta lucha contra la COVID-19”, debido a “el fortalecimiento del sistema de salud”, y por la “preparación desde enero del 2020, dos meses antes de la aparición del primer caso”. No reconoce que el sistema de salud nicaragüense es deficiente a como lo afirmó la OPS el pasado 6 de marzo, que los hospitales están colapsados, no hay suficientes camas y ventiladores para los enfermos. A esto se suma que ya han fallecido médicos a causa del COVID-19 y más de cien están contagiados por no tener los equipos de protección necesarios.

Ortega alardeó de su supuesta “infraestructura de salud modernizada” con la construcción de 18 hospitales, criticando que durante los gobiernos “neoliberales” esto no se hizo.

Defiende que designó a 19 hospitales para “ser especializados en COVID-19”, uno de ellos, el Alemán Nicaragüense, “exclusivamente para enfermedades respiratorias”, el cual está colapsado.

“Nicaragua, el segundo país más pobre de América Latina y el Caribe, ha estado preparada para enfrentar la pandemia de la COVID-19 y cualquier otra similar”, insistió el régimen que según sus datos, el país solo ha tenido 279 casos de personas con COVID-19, con 17 han fallecidos. Unas cifras muy por debajo a lo que reporta el Observatorio Ciudadano cuyas cifras reflejan 2.323 contagios, con 465 decesos.

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