Nacionales · 07/03/2022

Daniel Ortega no se sienta a negociar, a menos que lo necesite, dice experto

El Dr. Uriel Pineda, Especialista en Derechos Humanos, se refirió este lunes al informe presentado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidad para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en el cual instó al dictador Daniel Ortega “iniciar un diálogo nacional inclusivo” en Nicaragua.

Al respecto, Pineda dijo que “la práctica ha demostrado que Daniel Ortega no se sienta a negociar, a menos que lo necesite”.

“¿Está en un punto irreversible o de caerse el gobierno si no negocia en este momento? Yo no lo siento tan así y eso puede derivar que no se siente a negociar”, argumentó.

No obstante, para el experto el objetivo del régimen de Ortega es “permanecer en el ejercicio del gobierno” y para ello “tarde o temprano tendrá que presurizar la presión internacional y el diálogo es su herramienta que va a estar ahí”.

Bachelet destacó que el diálogo en Nicaragua “debe ser inclusivo desde todo punto de vista y debe tener como objetivo garantizar una solución pacífica y democrática a la crisis política, social y de derechos humanos que continúa afectando profundamente al país”.

La Alta Comisionada apuntó que el proceso de diálogo debe “ser observado por garantes internacionales imparciales”. Y en ese caso, su oficina “está lista y disponible para acompañar este proceso”.

Bachelet también señaló que su oficina “está lista para ayudar al Gobierno y al pueblo de Nicaragua a promover los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Otorgar acceso al país a nuestro personal y a los titulares de mandatos de Procedimientos Especiales constituiría un importante gesto de apertura de cooperación con el sistema de Naciones Unidas”.

En esta línea, el Dr. Pineda declaró: “la diferencia de este diálogo que plantea Bachelet, es el tema del garante, es decir, si en algún momento hubo un diálogo en Nicaragua y los actores fueron totalmente internos, (ahora) no hay condiciones en Nicaragua para que los garantes sean internos, tienen que ser internacionales, y en este caso el ofrecimiento de Bachelet”.

Sin embargo, insistió que “el régimen no quiere ceder un ápice de espacio, que va a insistir en su estrategia represiva, va a mantener a los presos políticos ahí porque ellos han sido actores claves para la organización de la oposición en Nicaragua, no le conviene que los libere”.

A su juicio, Ortega “tiene que pasar noviembre” cuando son las elecciones municipales para “convocar a un diálogo a fin de liberar la presión internacional”, específicamente para tratar el tema de las sanciones “porque les impacta en la fortuna personal familiar del régimen”.

Ortega, prisionero de sus propios errores

Otra complicación para Ortega en el ámbito internacional, según el experto es su estrecha relación con el régimen ruso de Vladimir Putin, en un momento en que está invadiendo a su vecino Ucrania.

El régimen de Daniel Ortega le ha apostado a ser un aliado de Rusia en la actual crisis con Ucrania y esto un poco delicado por cómo se están desarrollando los eventos”, manifestó Pineda.

Añadió que la “deposición de Vladimir Putin en los próximos meses podría impactar en Nicaragua por el veto de los rusos en el Consejo de Seguridad, esto podría dejar descubierto de alguna manera la protección internacional que hasta este momento ha tenido el régimen Ortega-Murillo”.

Para el especialista, Ortega en lugar de endurecer su postura, debería flexibilizarla “porque una situación adversa en el conflicto entre Rusia y Ucrania podría terminar afectándole de rebote y eso es algo que debería considerar”.

El poder de perdonarle el dinero al régimen pasa por convencer a la comunidad internacional de que tiene apertura al restablecimiento de la democracia en Nicaragua. Lo que pasa es que la apertura democrática es un enorme riesgo para el régimen; si hay un restablecimiento democrático, en Nicaragua la exigencia primaria de la población –además de lo económico—va a ser la demanda de justicia y eso es lo que no puede garantizar el régimen y como no puede garantizar eso, no puede salir del ejercicio del poder. Es decir, es prisionero de sus propios errores”, zanjó.