Opinión / Ensayos

De sanciones inefectivas, acuerdos encubiertos y organizaciones fallidas

Los conductores en La Habana empujan sus vehículos tratando de alcanzar una estación gasolinera, confiando en poder comprar un galón de combustible; es una escasez provocada por la reducción de envíos de petróleo desde Venezuela. Mientras, el heredero adalid del Socialismo Siglo XXI de Chávez, y atalaya ideológico de Fidel, el inefable Maduro, firma sendos contratos con una petrolera estadounidense, garantizando un importante flujo de dólares, demostrando así la “flexibilidad” de las sanciones impuestas por Estados Unidos, y ratificando a la vez su apego al manual de economía política capitalista, business first.

Y nuevamente en Cuba, la oferta de alimentos es suficientemente variada; la libreta de racionamiento con disponibilidad de alimentos, es sólo un vago recuerdo, al igual que las épicas batallas militares anticolonialistas libradas en Angola, Siria, Argelia, Congo y Etiopía, así como los fallidas aventuras armadas en Panamá, República Dominicana y Venezuela; pero cierto es que sólo se necesita tener un puñado de dólares a mano para acceder a la variada canasta de alimentos importada de las entrañas imperialistas, mostrando así la cara “amable” del embargo económico estadounidense impuesto desde 1962, mismo que estimula las ganancias de la poderosa cúpula cleptócrata militar del conglomerado empresarial GAESA.

Nicaragua supera con creces cualquier esquema de sus símiles ideológicos: su mayor socio comercial minero y agroexportador, su principal protector financiero y su últimamente aliado estratégico en la importación de mano de obra barata y potencialmente desafecta de la maquinaria represiva del sandinismo, y que además se convierte en una creciente fuente de divisas líquidas, son los “enemigos de la humanidad”, que a la vez son los destinatarios de un incendiario discurso, de una solidaridad indiscutible con los intereses rusos, iraníes y chinos en la región latinoamericana, y de una agitada actividad diplomática alineada servilmente con las potencias antidemocráticas extrarregionales.

Las publicitadas sanciones económicas impuestas desde Washington a las tres despóticas dictaduras mencionadas, acompañadas de políticas migratorias encubiertamente coordinadas, estimularon la creación de un corredor para el éxodo masivo de cubanos, nicaragüenses y venezolanos hacia Estados Unidos, lo que les ha proporcionado un fructífero respiro para su permanencia en el poder, así como para expandir su influencia en el ámbito regional.

El fracaso de los organismos regionales y sub regionales, encabezados por la OEA y el surgimiento de gobiernos marcadamente populistas a inicios del siglo XXI, dieron lugar a la creación de nuevas organizaciones, basadas en una “verdadera integración y alejadas de mezquinos intereses propios del capitalismo”: la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA, 2004), el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR, 2008), y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC, 2011), todas ellas organizaciones ideologizadas, que aunque no han tenido el éxito soñado por sus creadores, han creado un ambiente socioeconómico cada vez más alejado de poder alcanzar una articulación regional, capaz de mitigar la elevada vulnerabilidad ante la dinámica económica global, el cambio climático y la inestabilidad social.

Los retos regionales a futuro son enormes, pero como país, estamos comprometidos a revertir los efectos perniciosos provocados internamente, así como en la sub región centroamericana; ello inicia con el desmantelamiento de la dictadura, su entramado económico, sus aparatos represivos y la maraña jurídico-legal creada por más de 40 años. La reconstrucción o construcción del tejido social necesario, que nos garantice un desarrollo económico sustentable, basado en un nuevo modelo de distribución de la riqueza y un modelo político democrático realmente participativo, son parte de las soluciones iniciales que generen una nueva actitud del ciudadano promedio y un desempeño efectivo de las futuras administraciones públicas.

Ezequiel Molina

Agosto 7, 2023

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