Nacionales · 10/05/2022

Departamento de Estado vigila presencia rusa en Nicaragua

*Por Expediente Público

*Washington considera que el diálogo es posible, pero no hay una muestra clara del régimen de Nicaragua por devolver sus derechos a los nicaragüenses, dijo la subsecretaria adjunta para el Hemisferio Occidental, Emily Mendrala, en foro virtual de Diálogo Interamericano. 

** Para Estados Unidos “la liberación inmediata de los presos políticos retenidos por el régimen sigue siendo una de las principales prioridades”.  


El Departamento de Estado completó y envió reportes clasificados de inteligencia al Congreso sobre la presencia de Rusia en Nicaragua, así como informes de la corrupción, libertad de prensa y derechos humanos predispuestos por la Ley Reforzar el Cumplimiento de Condiciones para la Reforma Electoral (Renacer, por sus siglas en inglés), anunció la subsecretaria adjunta para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Emily Mendrala. 

La sección 9 de la Renacer pide al servicio de inteligencia del Departamento de Estado, en coordinación con el Director Nacional de Inteligencia, enviar un reporte a los comités apropiados del Congreso sobre la cooperación rusa en Nicaragua, tanto de personal militar, de inteligencia, contratistas de seguridad, telecomunicaciones y satélites. También de relaciones políticas, económicas, incluyendo transacciones bancarias, actividades de desinformación, interferencia electoral y riesgos potenciales a los intereses nacionales y de seguridad de Estados Unidos. 

Mendrala aseguró que su gobierno continuará usando los instrumentos diplomáticos y económicos para aumentar la presión sobre el régimen de Nicaragua, pero sin mencionar directamente las próximas acciones. Las declaraciones se dieron durante un foro virtual de Diálogo Interamericano, este 9 de mayo, Un impulso a la libertad: asegurando una transición democrática en Nicaragua con ayuda de la presión internacional.  

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Sobre el contacto con Laureano Ortega, hijo del presidente Daniel Ortega y asesor económico, como fue informado por el New York Times, Mendrala dijo que no comentan detalles de las interacciones con el régimen. “Pero sostenemos comunicación bilateral y seguimos presionando por la liberación de los presos políticos. Diré, sin lugar a dudas que la liberación inmediata de los presos políticos retenidos por el régimen sigue siendo una de las principales prioridades de EE. UU.”. 

Ante la nominación de Hugo Rodríguez en la embajada en Managua y la pregunta si abriría la posibilidad de una nueva negociación con el régimen de Nicaragua, Mendrala precisó que fue nominado el viernes (6 de mayo), por lo que aún debe testificar y presentar credenciales. “El embajador Kevin Sullivan es quien está ahora en el terreno y está haciendo un gran trabajo, muy cerca con socios de la comunidad diplomática y desenvolviéndose con actores de la sociedad civil”, precisó. 

El Diálogo Interamericano es un laboratorio de pensamiento, con sede en Washington, y su enfoque está en promover la democracia gubernamental, equidad social en Latinoamérica y el Caribe. Entre los grandes temas que analiza están el respeto a las leyes, educación, migración, remesas, energía, cambio de clima y las industrias extractivas. 

Espectro del embargo de los 80 

Sobre posibles sanciones económicas, Mendrala consideró que “nuestras herramientas de sanciones son más sofisticadas y nos permiten ser más estratégicos que las herramientas que teníamos disponibles en la década de 1980, incluida Renacer. Nos permite ser más específicos”. 

Cindy Arnson, directora del programa para América Latina y el Caribe del Wilson Center, advirtió que Estados Unidos tiene la capacidad de quebrar económicamente a Nicaragua, por su gran dependencia económica, pero “crear pobreza y estrangulación económica no necesariamente tiene que llevar a la gente a salir a la calle a protestar”. 

“Creo que hemos visto a través de la estrategia de máxima presión contra Venezuela, que fue mucho más draconiana que lo que hemos visto en el caso de Nicaragua: sanciones financieras, sanciones petroleras, sanciones individuales que no crean incentivos para abrirse. Más bien, solo acelera la dependencia de los aliados externos, como China, Rusia, Irán y Turquía, para proporcionar líneas de vida económica al régimen”, indicó. 

A pesar de eso, la especialista considera que “no hay una respuesta correcta. La situación en Nicaragua es como todos han descrito, una completa tragedia”, pero tampoco está convencida que exista una estrategia alternativa al alivio de las sanciones generales e individuales para producir los tipos de cambios que se quieren. 

El punto de la liberación de presos políticos conlleva el riesgo de que cuando comienzas a pagar millones de dólares en “rescate”, animas a que se tomen más rehenes. Además, “se identifica típicamente en las transiciones del autoritarismo como un equilibrio entre la justicia y la impunidad”, agregó. 

“Mi pregunta es ¿Qué es lo que quiere el régimen? ¿Qué lo induciría a hacer el tipo de concesiones hacia el respeto de los derechos humanos y las libertades?”, cuestionó. 

Manuel Orozco, director del programa “Migración, Remesas y Desarrollo” de Diálogo Interamericano, respondió que el gobierno de Ortega quiere ser reconocido como legítimo a cambio de liberar a los presos políticos, con el propósito de mejorar la economía o reducir la migración. 

Para el encuentro virtual, Diálogo Interamericano preparó el documento Apuesta por la Libertad: garantizar una transición democrática en Nicaragua a través de la presión internacional

Orozco enfatizó que el régimen de Ortega se caracteriza por su obsesión al poder, que lo ha convertido en un “Estado canalla”. 

En Renacer “hay otras disposiciones que también se ocupan de la corrupción dentro de la familia Ortega y la forma en que el círculo de poder ha afectado el funcionamiento del estado de derecho en el país”, dijo el experto.  

Agregó que “liberar a los presos es importante para cambiar el equilibrio de poder hacia la transición democrática”. 

Sugieren nombrar un enviado especial 

Deborah Ulmer, directora del programa para América Latina y el Caribe del Instituto Nacional Demócrata, explicó que hemos instado a la administración en la designación de un enviado especial y ayudar a coordinar la implementación total de la ley Renacer en todo el gobierno, pero también para garantizar que el régimen Ortega rinda cuentas para que también se centren en la coordinación con otros países.  

Ulmer señaló que, pese al silencio de gobierno de Guatemala y Honduras, la postura de la OEA es relevante. También elogió el papel de actores en el exilio y organizaciones de derechos humanos, que son “razones de esperanza de que están surgiendo oportunidades para una futura transición democrática”. 

“Los nicaragüenses están convergiendo en una oposición organizada, tanto en Nicaragua como entre los exiliados”, manifestó. 

Rusia y China 

Ulmer indicó que, debido a la presencia de países no democráticos, como Rusia y China, que buscan expandir sus roles económicos, políticos y de seguridad “negativos” en el hemisferio y, en particular, su trato con regímenes autoritarios como Nicaragua, Estados Unidos debería usar todas sus herramientas políticas disponibles. Por ejemplo, la ley de transparencia corporativa para acabar con los actores corruptos y su capacidad de ocultar fondos robados detrás de corporaciones fantasma anónimas; y, por supuesto, la ley global Magnitsky diseñada para sancionar a los involucrados en la corrupción, o las visas de derechos humanos. 

La experta consideró relevante la oportunidad de trabajar con una naciente alianza para el desarrollo y la democracia formada por Costa Rica, República Dominicana y Panamá. Una de las preocupaciones específicas de la alianza incluye el efecto del gobierno autocrático de Ortega y Bukele y el deterioro del Estado de derecho observado en otras partes del hemisferio. 

De su lado, Arnson, del Wilson Center, considera que China es una opción para Nicaragua, pero no hay mucho que quiera de Nicaragua, aparte de una forma política de desafiar a los Estados Unidos, y por ello estaría dispuesto a pasar por alto los temas de corrupción y autoritarismo de Ortega. 

Pero el principal salvavidas externo que tenía Nicaragua era Rusia y este es un momento muy difícil para los países de su entorno, como Venezuela y Cuba, debido a las sanciones globales contra el país europeo.  

Si con Rusia el intercambio es difícil, también lo es con el sancionado régimen iraní.  

“Irán, en términos de oportunidades de aprendizaje, creo que tiene muy poco que ofrecerle a Nicaragua, porque no es un productor de petróleo. Con Venezuela (la cooperación) incluía ingenieros petroleros y métodos para enviar crudo, en desafío a los EE.UU.”, indicó Arnson. 

Giro en estrategia migratoria 

Mendrala señaló también que la estrategia migratoria estuvo centrada primero en el Triángulo Norte de Centroamérica, pero la llegada de mexicanos y personas de otras nacionalidades, como nicaragüenses, cubanos, colombianos y venezolanos, “indica una verdadera necesidad de un acercamiento regional” que combata las causas de la migración. 

Además, en meses recientes la administración de Biden también se reenfocó en países receptores de migrantes como Costa Rica, Ecuador, Perú y Colombia. 

La funcionaria considera que la situación de Nicaragua es un reto por el incremento del autoritarismo, el cierre de organizaciones de derechos humanos y espacios de la sociedad civil, mientras el régimen insiste en un autoaislamiento, saliéndose de instituciones internacionales.