El gobierno de Estados Unidos sigue evaluando más sanciones tanto políticas, económicas como individuales a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, dijo este lunes el embajador de ese país ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Frank Mora.
“Tenemos todavía varias herramientas para seguir apoyando al pueblo nicaragüense, diferentes herramientas de presión, políticas, económicas, individuales que siempre están sobre la mesa. Hemos sancionado económicamente, financieramente a 51 individuos y 11 entidades en Nicaragua, y vamos siempre a considerar la posibilidad de expandir la cantidad de personas bajo sanciones”, dijo Mora.
Consultado sobre la posibilidad de ampliar las sanciones económicas, para evitar que la dictadura de Ortega se sostenga sobre beneficios económicos que llegan desde Estados Unidos, Mora dijo que su país siempre está analizando “cuál es la mejor estrategia para presionar al régimen, pero sin afectar y sin perjudicar al pueblo nicaragüense”.
Hasta el momento Estados Unidos se ha resistido a aplicar sanciones económicas a Nicaragua que podrían hacer tambalear la economía de ese país, pero que también afectarían a otros países de la región, dado que comparten un Tratado de Libre Comercio con la potencia norteamericana.
“A veces sanciones generales económicas tienen un impacto que puede afectar al pueblo nicaragüense y la prioridad que tenemos es cómo apoyar y cómo ayudar al pueblo nicaragüense y no afectarlo de una manera negativa por una sanción”, dijo Mora.
Su gobierno entiende que ese tipo de sanciones “puede que tenga repercusiones económicas que pueden resultar en desempleo y otras consecuencias, así que eso constantemente lo estamos estudiando”, agregó Mora.
La salida de Nicaragua de la OEA
En una conferencia de prensa convocada para marcar la crítica de Estados Unidos a ese paso, Mora señaló que el régimen de Ortega y su esposa Rosario Murillo, busca “socavar los esfuerzos de la OEA” para monitorear lo que pasa en el país y aseguró que “el régimen no tiene que rendir cuentas por los abusos de derechos humanos, los ataques al periodismo independiente y los ataques a la Iglesia Católica”.
“A pesar de eso Estados Unidos y la OEA van a seguir (presionando). A pesar que Nicaragua no tenga su asiento, no vamos a abandonar al pueblo nicaragüense, vamos a seguir llamando a la atención a la situación en Nicaragua, de la falta de democracia y de la falta del Estado de Derecho”, señaló el embajador.
Consultado por cuáles son los aprendizajes que deja la salida de Nicaragua y si hay alguna autocrítica, Mora dijo que la OEA en su momento hizo “todos los esfuerzos por mantener a Nicaragua y que respetara sus obligaciones”, pero que el régimen se resistió.
Mora también señaló que con esta concreción de la salida de Nicaragua de la OEA, la dictadura de Ortega queda cada vez más aislada, pero por decisión propia.