Estados Unidos agregó el lunes a Nicaragua a la lista de “vigilancia especial” en materia de libertad religiosa, porque el régimen de Daniel Ortega se ha involucrado en violaciones o las ha tolerado.
“Estados Unidos es inquebrantable en su compromiso con la libertad religiosa”, dijo en Twitter el jefe de la diplomacia Mike Pompeo.
“No se debe permitir que ningún país o entidad persiga a personas impunemente por sus creencias. Esta designación anual muestra que si se ataca la libertad religiosa, actuaremos”, advirtió.
Los otros países de la lista negra son los mismos que en 2019: Arabia Saudita, Birmania, China, Corea del Norte, Eritrea, Irán, Pakistán, Tayikistán y Turkmenistán.
En la categoría en la que está Nicaragua, también fueron colocados Cuba, Comoras y Rusia.
Nicaragua
El pasado 31 de julio, se registró un atentado en la Catedral de Managua con una bomba molotov que incendió la capilla que alberga a la Sangre de Cristo y el Santísimo, una imagen que tenía más de 300 años. El régimen orteguista, que ha mantenido diferencias con la iglesia católica por su postura de defensa a favor de la población, señaló casi de inmediato que había ocurrido “un incendio” causado por “velas encendidas” en el lugar, donde una cortina tomó fuego.
Esta versión Rosario Murillo fue desmentida por el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, quien dijo que “nuestra capilla no tiene cortinas ni veladoras”, y aseguró que se trató de “un acto de terrorismo”.
Meses antes, una mujer de origen ruso vinculada al régimen lanzó acido en el rostro de un sacerdote en la Catedral. La agresora fue liberada meses más tarde por el régimen. Y en 2018, fuerzas paramilitares acribillaron a balazos la iglesia Divina Providencia, donde un grupo de estudiantes que protestaban contra el régimen se refugiaron de las fuerzas conjuntas de la Policía y paramilitares armados por el Estado.
Washington realiza anualmente estas designaciones en virtud de la Ley de libertad religiosa internacional de 1998, que busca promover la libertad de culto como política exterior de Estados Unidos.
La inclusión en listas negras puede allanar el camino para sanciones económicas, incluida la pérdida de asistencia financiera del gobierno, si los países designados no toman medidas para corregir los límites a la libertad religiosa alegados por Washington.
Pompeo, un devoto cristiano evangélico, ha hecho de la defensa de la libertad religiosa su principal prioridad de derechos humanos, un área que sin embargo destacó poco en la administración Trump.
*Con información de AFP