Destacados / Nacionales · 29/12/2022

El 2022 fue el año “más funesto” para la Iglesia Católica en Nicaragua, dice investigadora

La abogada e investigadora nicaragüense Martha Patricia Molina Montenegro denunció que el 2022 fue el año “más funesto” para la Iglesia Católica en Nicaragua, según reportó el medio católico ACI Prensa.

Molina denunció que “el año 2022 fue el más funesto para la Iglesia Católica Nicaragüense al recibir de parte de la dictadura sandinista 140 ataques”.

La dictadura en Nicaragua es liderada, desde 2007, por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

La abogada señaló que entre las agresiones “hay procesos penales injustos y no ceñidos a lo que mandan las leyes, confiscaciones, secuestros, discursos de odio e impedimento a la libertad de movilización”.

Otros ataques han sido el cierre de organizaciones religiosas sin fines de lucro y medios de comunicación religiosos.

La abogada también refirió que la dictadura ha realizado “deportaciones, exilios, expulsiones, profanaciones, robos, asedios, amenazas y prohibición de procesiones”.

Molina recordó que “desde 2018 la Iglesia Católica nicaragüense vive una persecución que atenta contra la libertad religiosa, contemplada en los instrumentos de derechos humanos internacionales y de las propias leyes internas de país”.

En “los años 2018 y 2019 se registraron 81 y 76 hostilidades”, precisó.

Molina resaltó que “el incremento de las agresiones se debe a que Iglesia Católica nicaragüense continúa firme en su fe y principios”.

De este modo la Iglesia en Nicaragua predica “el Evangelio que es en sí un anuncio y denuncia de las arbitrariedades de los poderosos de turno”.

La dictadura ha sido incesante y no da tregua a los prelados”, aseguró.

La abogada recordó asimismo que a fines de octubre se presentó la segunda entrega del informe “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, que registra 396 ataques en contra de la Iglesia Católica en el país.

Entre los hitos de la persecución de la dictadura de Ortega están el secuestro de Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, y el arresto y exilio de varios sacerdotes.

También la expulsión de congregaciones religiosas, como las Misioneras de la Caridad, y el Nuncio Apostólico.