Opinión / Ensayos · 08/07/2020

El Capitán: La Masacre de Carazo por la Dictadura Orteguista

Bismarck Martínez un empleado de la Alcaldía de Managua, un criminal y asesino paramilitar, trasformado en héroe, fue el que integró la Brigada de La Paz, compuesta por paramilitares, policías orteguistas y miembros del Ejército, con armamento desde escopetas hasta ametralladoras PKM, lanza cohete RPG-7, fusiles Dragonov y AK-47, etc.

Desarrollaron la operación limpieza que no se compara a la que desarrolló la Guardia Genocida en 1979 en este mismo departamento, ya que por lo menos los muchachos de esa época, estaban armados de una u otra forma, para defenderse de estos también criminales.

En esta ocasión y a 38 años de distancia (2018), la dictadura de Ortega ejecuta la operación limpieza teniendo como adversario a un pueblo desarmado, únicamente blandiendo la bandera azul y blanco.

Su héroe el criminal de Bismarck Martínez, antes de ser confundido por sus mismos compinches que lo asesinan, ya había disparado contra jóvenes inocentes su escopeta que al acabarse la dotación de estas municiones, hizo uso del AK- 47, que tenía en su espalda, un fusil y su dotación entregado por el Ejército.

El Capitán ( R ) Sergio Chamorro ( Chamorron ), el Mayor ( R ) Alberto Espinoza  ( Beto Bajito ), Tnte 1ro. ( R ) Uriel Calderón Aburto, Mayor ( R ) Marco Tulio Navarro entre otros, fueron los cabecillas de esta masacre y oriundos de este departamento, dirigidos por los altos mandos de los paramilitares Edén Pastora y Raúl Venerio (estos últimos fallecidos).

Detrás de ellos estaba el traidor del Jefe del Ejército Julio Avilés, quien cedió su finca para que desde allí operaran estos crimínales.

Estos asesinos secuestraron al Capitán ( R ) Ricardo Largaespada, torturándolo y cortándole las manos, hasta que se desangro, falleciendo producto de esta acción atroz.

Al joven Carlos Ochoa con las manos en alto, demostrando que su única arma era la bandera de Nicaragua, sin piedad lo ametrallaron detrás del Hospital.

José María Campos, otro joven de 21 años, al tratar de ayudar a cruzar una tapia a un joven herido, le dispararon hiriéndolo en una pierna, José María al no poder cruzar dicha tapia es capturado así herido y sometido a las más crueles torturas, lo amarraron a una camioneta y lo arrastraron por el pueblo, asesinándolo de esa manera.

Los resultados de esta masacre dejaron más de 38 muertos y 109 heridos, capturados más de 100 manifestantes.

A dos años aún no hay justicia por estos crímenes e incluso los participantes en esa masacre han contado su historia de acuerdo al guion dictado por la dictadura, haciendo que se difunda por los medios del régimen, no obstante ese guion es la confesión de la atrocidad cometida en contra del pueblo de Carazo y más allá.

Y será por la justicia divina o la justicia terrenal, que les llegará para que paguen por todos sus crímenes.

Julio 8, 2020.

El Capitán.