Opinión / Ensayos · 07/04/2021

El clamor unitario

*Por Melvin Sotelo Avilés

Si el clamor popular es que todas las fuerzas se unan para derrotar a la dictadura Ortega Murillo y si en las negociaciones internas entre los miembros de la oposición se ponen los intereses de la Patria por encima de los intereses de los bloques o partidos políticos, estaremos cumpliendo con el grito de abril, devolviéndole a Nicaragua la esperanza que pronto seremos libres, a las madres de abril les mandaremos el mensaje que la justicia pronto reinará en Nicaragua y también estaremos dándoles a la comunidad internacional, que comienza a cansarse de la división de la oposición, una razón para retomar su apoyo a la lucha libertaria de nuestro pueblo.

LA PRENSA en sus editoriales y diversas personalidades, han dicho y, con razón, que es necesario ceder por parte de la Alianza Ciudadana y la Coalición Nacional, en ese sentido, ya los precandidatos a la Presidencia en su mayoría dieron el primer paso en apoyar al que salga electo candidato de la oposición, con lo cual están dispuestos a construir el liderazgo de consenso que hará frente como oposición a la dictadura de Ortega Murillo. Sin embargo, ese loable esfuerzo debe ser respaldado por los bloques y los partidos o movimientos que ellos representan.

¿Y cuál sería esa parte que le corresponde ceder a cada quién?

Voy a comenzar por la Coalición Nacional, quien plantea que solo en bloque están dispuesto a negociar y no de forma separada. Creo que podrían dar un paso más allá y aceptar hacerlo de manera separada en el esquema de sociedad civil y partidos políticos.

Sin embargo, la Alianza Ciudadana, al ser aceptado su formato de negociación por el otro bloque, tendría que corresponder en conversar con los partidos políticos que componen la Coalición Nacional tengan o no personería jurídica, de esa manera rescataría y devolvería a la política el sentido de justicia y tomaría distancia de las arbitrariedades del régimen de Ortega.

¿Y qué decir de los candidatos a diputados?

Lo ideal es que tanto las candidaturas a la Presidencia como a las diputaciones sean el resultado de una negociación en la que se alcance el acuerdo de tener una casilla única, pero si no fuera el caso, entonces que el candidato único a la Presidencia vaya en una sola casilla, que tendrán que escogerla entre los dos bloques y; el de diputados, vayan de manera separada en las casillas de cada bloque. Se debe tomar en cuenta la opinión de las diferentes fuerzas en los territorios.

El siguiente paso es elaborar a lo inmediato un comunicado de la unidad en la acción con una hoja de ruta en la que planteen todos los puntos en los que están de acuerdo para que haya elecciones justas, competitivas y transparentes, tanto en términos de las condiciones habilitantes: salida de los presos políticos, restitución de los derechos ciudadanos, contenidos en los acuerdos de marzo del 2019 entre la Alianza Cívica y el Gobierno, y sumarle el regreso de los exiliados con todas las garantías, de la misma manera tendrían que pronunciarse por las reformas necesarias, que de hecho hay un consenso por parte de ambos bloques, expresadas en el contenido de la última Resolución de la Organización de Estados Americanos sobre Nicaragua y finalmente deben ser abolidas todas las leyes que violan la Constitución y los convenios y tratados de derecho internacional que el Estado de Nicaragua ha suscrito.

Es con estas cartas que se negociaría con Ortega y se decide si se participa o no en las elecciones, con estas posiciones unitarias la oposición nicaragüense tendrá el respaldo internacional y Ortega estará obligado a hacer los cambios necesarios; de lo contrario, las autoridades electas surgidas de unas elecciones fraudulentas no serán reconocidas. Ortega sabe que bajo estas circunstancias difícilmente podrá sobrevivir.

El tercer paso es la organización de las diferentes fuerzas en los territorios para participar en las elecciones, lo ideal sería tener un mecanismo parecido a la elección del candidato a la Presidencia, quien tiene más aceptación territorial sea el o la escogida y que los otros aspirantes se una en torno al o la candidata electa por parte de la oposición a correr por la diputación. En este caso, se podría discutir si la casilla es aquella que responda al bloque que tiene más presencia territorial o de forma colectiva se llegue a un acuerdo en la casilla que el candidato deba correr. Lo importante es que los candidatos de los territorios gocen de la mayor legitimidad.

El otro paso está relacionado con la escogencia de los fiscales para las Juntas Receptoras de Votos, la capacitación de los mismos y la organización de la defensa del voto. Los recursos económicos no son muchos y deben rentabilizarse al máximo. Vale decir que esta plataforma unitaria, no solo es necesaria para la salida de Ortega, sino también para sentar las bases de la paz, la restauración de la justicia, la democracia y el desarrollo económico del país.

Sin embargo, lo primero es que ambos bloques cedan por el bien de Nicaragua para construir una plataforma unitaria que logre alzarse con la victoria, porque de lo contrario la estaremos condenando a que esto termine en un estallido social, un baño de sangre y nueva ola migratoria y, lo peor, se estará matando la ilusión de los nicaragüenses a recuperar la libertad y la democracia.

*El autor es exiliado político.