Opinión / Ensayos · 26/05/2023

El departamento de Estado y el Castrochavismo


*Por Ariel Montoya

Las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica siempre han sido oscilantes, tensas y a la vez  afables desde las amplias correas de la diplomacia, el bilateralismo y el campo multisectorial,  y siempre se han dado bajo un marco de cooperación estrecha a nivel comercial y mediante donaciones producto de la política de cooperación, sin embargo estas benévolas  actitudes no siempre han correspondido a un buen trato a causa de   cierto  menosprecio e irregularidades funcionales debido a la compleja agenda que como potencia  ejerce este país ante el Mundo.

Bajo esta perspectiva en lo que se refiere a Latinoamérica,  algunos de estos tropiezos se han dado por el apoyo desmedido a ciertos gobiernos en determinadas épocas, y por las abruptas rupturas cuando estos han actuado inconstitucionalmente o ya han dejado de ser del agrado de las diferentes administraciones en la Casa Blanca. También han acudido a las intervenciones armadas cuando las conspiraciones entre bandos contrarios no bastan para mediar conflictos internos de  caudillos.

Pablo Medina, venezolano disidente del proyecto maléfico de Hugo Chávez,  quien perteneció hasta antes de la Constituyente de ese gorila depravado a sus filas y ahora vive exiliado en Miami,  ha enviado un mensaje recientemente al Departamento de Estado, a su Secretario el señor Antony Blinken, en el que, respetuosamente le hace ver la  desmedida proporción en que se aborda la situación política en su país, con demasiados privilegios ante la dura y cruel realidad de miles de niños que padecen y hasta se mueren de hambre, mientras la danza de millones en torno a Nicolás Maduro y demás beneficiarios del Castrochavismo se lucran a diario aun dentro de Estados Unidos y en otros casos con la compra de petróleo.

Le dice a Blinken que mientras la economía venezolana se parece cada vez mas al   “Ciclón del Dinero” del Kino Táchira,  o sea donde se recogen dólares sucios provenientes de los tanqueros que pagan por el petróleo que le roba el régimen a todos los venezolanos, dan vueltas en un cilindro, donde solo se pegan los billetes a unos cuántos quienes  también reciben  dinero sucio, negro, proveniente del narcotráfico,  existe otra realidad:  la de la gran miseria  social y un drama punzante que no coincide, en términos de solidaridad internacional y de cooperación humana, que no parece captar o interpretar la diplomacia estadounidense.

Pero también le dice más. Que fueron  «justamente» funcionarios de  ese mismo Departamento de Estado quienes le dieron «el palo al ciego»,  al haberle facilitado aperturas económicas  al  consorcio de «La Chevron»,  para que explotara los yacimientos de petróleo que la  tiranía  en Venezuela le roba al país.

Otra reflexión planteada es sobre la oposición a Maduro, expresando claramente que está representada por el depuesto  Guaidó  y la  Asamblea de diputados, quienes no son más que ‘parapetos’  que no han dado la cara en pro del pueblo, quienes lavan y hasta defienden con una falsa democracia a una feroz dictadura sin ningún atisbo de respeto electoral.

Hechos estos que de una u otra manera o en dado momento,  deberían ser  más tomados en cuenta por la administración Washington,  la cual también parece hacer caso omiso, por ejemplo, ante el caso de Marcos Rodríguez Torres, con cuentas pendientes ante la justicia norteamericana  por torturador y  genocida,  quien vive feliz de la vida en España.

«Porque ustedes, señores del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica saben todo eso, y cientos de miles de cosas más! Porque ustedes, simplemente lo saben todo y de todos! Y es el caso que, también ustedes permiten, toleran, aguantan y se benefician de lo que un muy reducido grupo de matones de barrios le están haciendo a nuestro país…» escribe Medina en un párrafo denunciatorio y merecedor de muchos oídos.

Concibe como una ironía que dicho órgano encargado del manejo diplomático con el mundo entero,  se llene la boca diciéndole a los venezolanos  que  están en el tema de la inclusión de género, en aquello de “amor es amor”, de razas, de religiones y de aceptación de las diferencias, lo que choca grandemente con la dura crisis social que a diario se vive en ese país, acusándolos de ser cómplices de la maldad del régimen de Maduro.

Párrafos abajo del mensaje en mención, denuncia Medina que en algunas ocasiones  ha visitado las oficinas del Departamento de Estado, para proponerle que descongele una cuenta bancaria que los corruptos chavistas y maduristas le han robado a los venezolanos, sin encontrar respuesta alguna, expresando más bien  que se han burlado de ellos. En cambio,  agrega, si fueron capaces de abrir una cuenta  de US $3.500 millones para transferirlas a falsos negociadores en México y otra a la vitalicia Asamblea Nacional, olvidándose de los  niños desnutridos, las madres o los enfermos sin recursos quienes  no cuentan para esta actual Administración.


Es inconcebible esta actitud del gobierno estadounidense, sobre todo ante tanto flagelo a esa nación venezolana ahora empobrecida y sufrida con más de seis millones de habitantes regados por el mundo. Lo que también vale decir para el caso de Cuba, Nicaragua o Bolivia.  Creo que la solución podría estar en seguir accionando la lucha contra la tiranía y continuar las denuncias acompañadas de protestas cívicas y propuestas político partidarias  hasta que las conciencias  de algún o algunos funcionarios en la Administración Biden se sensibilicen y comprendan la magnitud de tanto dolor.  

Es más, Estados Unidos desea frenar la migración indocumentada, y qué mejor manera de hacerlo que  propiciando una negociación certera que permita el retorno de la auténtica democracia para ese y los otros países referidos. A fin de cuentas el Castrochavismo es un fracaso y ya sus viejas banderas de revolución y solidaridad se desvanecieron con tanta corrupción y criminalidad en sus cabecillas.  

Nosotros también, los nicaragüenses, hemos tocado las puertas del Departamento de Estado, y lo seguiremos haciendo respetuosamente no solo para que nos oigan o nos reciban, sino para incidir en la medida de lo posible en llegar a una solución. Como el pajarillo que llevaba una gota de agua en su pico para aplacar el voraz  incendio en el bosque, (lo que fue objeto de burla por parte de la jirafa y el elefante), quien les respondió: “hago mi parte, lo que puedo», y estaba en la razón. ¡Bravo Medina!  

*El autor es poeta y periodista exiliado en Estados Unidos. Columnista Internacional y presidente del Partido Organización Política Accionaria (OPA).

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