*Por Guiomar Praslin Dormus | Abogada y Notario Público
Paradójico pensamiento el que me asalta hace cierto tiempo, pensar que este sistema de organización europeo, arcaico y oprobioso funciona en el país más pobre del continente americano. ¿Pensarlo es un absurdo?
El feudalismo de la Europa de la edad media la veo reflejada en actos propios de dominación donde un rey chapiollo hace uso de hombres armados bien recompensados que les cuidan a toda costa la permanencia en el poder. Los paramilitares, son garantía de que rey chapiollo junto a su chapiollísima reina y su recua principesca permanezcan en el poder a costa de muerte, exilio y represión; con la salvedad que la monarquía en el feudalismo europeo entregaba sus propias tierras y riquezas, pero en la Nicaragua feudal del SXXI los reyes chapiollos entregan bienes ajenos arrebatados a quienes ellos consideran enemigos entre ellos organizaciones no gubernamentales, universidades, medios de comunicaciones, etc.
Los vínculos sociales del feudalismo europeo los veo reflejados en las relaciones de poder que vinculan a los unos con los otros en la estructura dictatorial. Vasallaje, podrido vasallaje entre el rey “chapiollo” y sus señores feudales distribuidos a lo largo y ancho de cada poder del estado, con la única variante que también hay señoras feudales como las que “dirigen” el poder electoral o la CSJ, todes en sus reservas velan por los intereses del reino chapiollo, recibiendo a cambio cuantiosas y jugosas tajadas del reparto. ¡Oh que vasallos más leales! ¡Oh que vasallos más criminales!
Pero el rey chapiollo tiene caballeros armados, un nombre muy elegante para describir a una turba que ha materializado crímenes de lesa humanidad que pesan sobre el primero y su consorte. Estos “auxilian” a mantener la permanencia en el poder por las armas del rey chapiollo, los vemos en la policía, en el ejército. Son esos que a cambio del sustento salarial se apostan por horas, días y algunos ya llevan años asediando las casas de los opositores nicaragüenses, también los vemos en las procesiones y rondines de calles amenazando a la población con su sola presencia, los vemos incluso arrancando banderas de nicaragua a lo largo y ancho del país, hace un par de meses vimos a unos “caballeros armados” arrancando una bandera de Ucrania que un ciudadano colgó de un árbol de su propiedad como muestra de solidaridad con ese hoy sufrido pueblo, o reventando chimbombas azul y blanco que algún valiente dejo en alguna calle de su barrio.
En la Europa feudal se acusaba de herejes e hijos del diablo a ciudadanos que quizás por sus habilidades y dones del espíritu se destacaban y eran apreciados como fuera de lo normal, a estos se les acusaba sin muchas pruebas y se les condenaba a los calabozos donde morían de inanición, algunos debían pasar las pruebas de las ordalías. Algunos corrían con mejor suerte y les saqueaban sus negocios, pero preservaban la vida o se les desterraba con solo lo que vestían, pero sin zapatos fuera de las murallas fortificadas. ¿Parece ajeno a la realidad nicaragüense en este SXXI? No, no es ajeno cuando hay hermanos que han sido asesinados dentro de la cárcel sometidos a régimen carcelario, no es ajeno cuando nicaragüenses extraordinarios y destacados están sufriendo suplicios en las cárceles de los reyes chapiollos, ¿acaso no es a ordalías a la que están sometidos más de 170 reas y reos políticos en las celdas del Nuevo Chipote? Mermados en su salud física y mental, sufriendo constante dolor físico, desnutrición, limitaciones en sus artículos de aseo personal, desgaste emocional con las constantes sesiones de interrogatorio.
Los que han corrido con mejor suerte y han salvado la vida están exiliados en Costa Rica, Estados Unidos y España en su mayoría quienes han preservado la vida saliendo por puntos ilegales para no ser blanco de los caballeros armados de la monarquía chapiolla y hemos visto como se ha expatriado a nicaragüenses de su suelo patrio, familia y afectos.
Por eso, al igual que en la Europa Feudal hay entre los nicaragüenses un grupo poblacional enorme de los no privilegiados, que en abril 2018 dijeron basta y que no descansará hasta que haya paz, libertad, Justicia, reparación y nunca más repetición.