Cultura · 21/02/2022

El pueblo no ha perdido su memoria

*Alberto Juárez Vivas / León, Nicaragua

Por escribir

Por escribir no gano ni una lagrima. Sin embargo, vale la pena insultar a las sombras que nos impelen.

Los ataúdes están siendo sembrados como semillas, y crecen en el pueblo que no ha perdido su memoria.

Desde el destierro canta alegre la esperanza; de los calabozos huyen fugitivas las palabras. Hay mujeres que prenden antorchas de libertad, jóvenes y ancianos encarcelados por correr sobre alfombras azules y blancas. Juntos acrecientan la voz para perturbar el sueño desteñido del tirano, ensangrentado, culpable, criminal.

Basta robar un beso al viento, para saber que el tiempo es aguerrido, que siempre nos juntamos a la misma hora a encender fogatas y levantar la barricada más larga, y tan alta para que perfore el cielo, y tan resplandeciente como la conciencia de los presos políticos.

Por escribir, también puedo caer, ir directo al agujero donde se robustezca una fe descalza; puedo morir desde mi verso y con un poco de suerte, quizás pueda ver el final de tu angustia, madre patria, tierra de ataúdes y llanto; quizás pueda regalarte mi pañuelo, para que seques tu sudor materno.

Por escribir…

Ya no se aguantaría otra herida

Ya no se aguantaría otra herida, como la que llevas en el pelo como prendedor.

En la forma circular de la mentira otro día viene, restregándose tanto hasta hacerse virutas del tiempo.

La ciudad está en soledad, los cuerpos martirizados se contraen y se destierran. Las banderas están agitadas y en el grito de la lechuza, la Luna se enreda con los demonios del pasado.

Ya no se aguantaría otra herida, por eso el azul tiene que brillar intenso y hacerse poderosa la vibración del blanco que nos cubre.

(Del libro inédito Consummatum est, Poemas en prosa, de Alberto Juárez Vivas).