Opinión / Ensayos

El TLC con China y el G2

El irrefrenable y triunfalista deseo de la dictadura sandinista de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, es otro de los pasos que, en su calenturienta evaluación del contexto mundial, los pondrá a salvo de la eventual aplicación de sanciones reales y efectivas que puedan tomar Estados Unidos y la Comunidad Europea, pero que también los proyectaría como el aliado estratégico por excelencia, del gigante asiático en la región, abriendo puertas para una copiosa Inversión Extranjera Directa (IED); pero eso es una quimera. Bajo esa perspectiva sólo queda considerar que la dictadura manipula la firma de dicho tratado, con su tradicional estilo orwelliano de propaganda desinformativa, y hacernos creer que es el único camino posible para alcanzar un esplendoroso estado de bienestar.

Tres países de América Latina han firmado un TLC con China, Chile (2005), Perú (2009) y Costa Rica (2010); de acuerdo a la deriva ideológica de una economía “socialista” como la china, podríamos considerar que dichos tratados inclinarían su balanza a una relación económica Sur-Sur, y complementarse con los temas de la llamada Nueva Agenda o del Siglo XXI, es decir, mínimas restricciones arancelarias o paraarancelarias, consideraciones para la adhesión de terceros países y otras pautas en el marco de una relación económica más cercana a la horizontalidad, pero la práctica y realidad económica han mostrado un nivel de relación económica entre China y los tres países mencionados, marcadamente tradicional, incluso como una relación Norte-Sur, muy al estilo Siglo XX.

Los antecedentes que marcaron la conversión de China en la segunda economía del planeta, podrían explicar su comportamiento hacia las economías en desarrollo. China comienza su apertura al Mercado Mundial Capitalista en la década de los 70, en el contexto de la Guerra Fría, lo que implicó que Estados Unidos vedara cualquier acercamiento chino a los países de América Latina; a finales de esa década, China creó las llamadas Zonas Económicas Especiales (ZEE), las que facilitaron la apertura a la Inversión Extranjera Directa (IED), primero, de empresas transnacionales estadounidenses, y después de inversiones conjuntas de multinacionales estadounidenses con el Estado chino, el que se convirtió en el principal suplidor de productos manufacturados de Estados Unidos y como efecto rebote, también de Europa Occidental y otras regiones del mundo; a la par de ello, China no fue miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), durante las décadas de 80 y 90, lo que le permitió violentar una serie de regulaciones que le facilitaron alcanzar un alto grado de competitividad, misma que fue trasladada a la economía estadounidense.

La política exterior china categoriza sus relaciones asociativas en 4 niveles (Malena, Jorge et al), siendo de menor a mayor importancia: 1. Asociación Cooperativa, 2. Asociación Estratégica, 3. Asociación Estratégica Integral, y 4. Asociación Cooperativa Estratégica; por el tamaño e importancia de la economía nicaragüense estaríamos ubicados entre las categorías 1 y 2 (Costa Rica y Chile alcanzan nivel 2), y es que Nicaragua no posee recursos naturales que pudieran considerarse estratégicos para la economía del gigante asiático, y eso pudiera haber sido comprobado durante la permanencia, por varios meses, de distintos especialistas chinos que pudieron prospectar el territorio nacional, durante el período previo a la cacareada y fallida inauguración de obras para la construcción del canal interoceánico. A ello se suma la existencia del G2, que aunque es un acuerdo no escrito entre las dos primeras super potencias económicas mundiales -Estados Unidos y China-, cumple un papel de estabilidad global, en el complejo escenario geoeconómico y geopolítico actual, siendo la prueba más reciente el papel no beligerante que China ha jugado ante la invasión rusa de Ucrania.

Es necesario un análisis a profundidad del entramado del TLC, que nos aproxima a la economía china, pero es evidente, a la luz de los hechos, que no es el ángel salvador que rescatará a la dictadura Ortega Murillo del limbo socioeconómico en el que se encuentran atrapados. El hundimiento de la dictadura es irreversible y la lentitud de la implementación del tratado en mención, mostrará que la burocracia política china no ignora, ni mucho menos, el elevado grado de vulnerabilidad de la cleptocracia sandinista.

Ezequiel Molina

Agosto 1, 2023  

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