En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en Nicaragua “no hay nada que celebrar”, dice ONG
Denuncian “represión y negación de derechos” de las comunidades indígenas y afrodescendientes en Nicaragua en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
La organización Prilaka Community Foundation denunció este miércoles 9 de agosto, la “represión y negación de derechos” de las comunidades indígenas y afrodescendientes en Nicaragua, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, de la cual afirman “no hay nada que celebrar”.
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas se celebra cada año el 9 de agosto desde 1994, para reconocer y promover los derechos de los pueblos indígenas de todo el mundo, así como sensibilizar sobre sus culturas, tradiciones, problemas y contribuciones a la sociedad global.
“Hoy 9 de agosto del 2023 no hay nada que celebrar, pero sí tenemos todo para conmemorar. Que la historia de resistencia de nuestros ancestros, de nuestros abuelas y abuelos, de nuestros padres y nuestras madres, que el amor a nuestra cultura, a nuestros descendientes, a nuestra Madre Tierra, nos inspiren, nos enseñen a ser resilientes, y que la autogestión se vuelva la principal herramienta de construcción de dignidad y de comunidad, para que en 530 años más podamos seguir existiendo como pueblos indígenas, que podamos recuperar nuestros espacios políticos, sociales, y culturales y que podamos construir un modelo alterno de economía que prioriza la sostenibilidad de la vida más que el lucro individual”, dijo Prilaka en un comunicado.
Destacó que, en Nicaragua se conmemora los “531 años de resistencia contra la colonización que los pueblos indígenas de la Muskitia tienen, los 129 años desde la anexión forzosa de la Muskitia a Nicaragua, los 36 años que tiene la promulgación y aprobación del Estatuto de Autonomía o Ley de Autonomía, los 20 años que cumple la aprobación de la Ley de 445 o Ley de Demarcación y Titulación de los territorios de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de la Muskitia de Nicaragua, y los 19 años desde el primer acto de violencia de colonos a comunidades miskitas en la Muskitia Norte”.
La organización señala que aunque “a nivel político ha habido avances sustanciales con el reconocimiento, en la Constitución Política de febrero de 1987, de la existencia de los Pueblos Indígenas, y sus derechos” entre otros “avances relevantes”, también “tenemos más de 100 años de extractivismo que ha empobrecido a las regiones autónomas”.
“En nuestra historia de se han cometido gravísimas violaciones de derechos humanos como la Navidad Roja, el desarraigo forzoso en los Guerra Civil de los 80s para formar lo que se llamaron asentamientos, o ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas de centenas de indígenas, o la destrucción del patrimonio de muchas familias. Todos son violaciones de derechos humanos que están impunes hasta el día de hoy. También la expansión geográfica, cultural y económica de Nicaragua ha cercenado territorio y ha debilitado el proyecto histórico de autonomía regional”, denunció la organización.
“Y desde el 2004, las invasiones de territorios indígenas han ocupado de forma ilegal y violenta alrededor de 1.7 millones de ha de bosques en territorios indígenas y áreas protegidas como Indio Maíz y Bosawas que traslapan con nuestros territorios indígenas”, agregó.

Prilaka también denunció el asesinato de más de 87 indígenas a manos de colonos, el robo de cultivos, el desplazamiento forzado de familias indígenas, las invasiones, el avance de la minería, el aprovechamiento de resina de pino y de la explotación de recursos marinos. Y el Estado de Nicaragua “ha hecho caso omiso” a sus quejas y demandas.
Las comunidades “han interpuesto centenas de denuncias ante las autoridades competentes; la mayoría no han sido ni recibidas por la fiscalía, por ejemplo. Hay criminalización de la protesta y la organización comunitaria. Se imponen autoridades comunales y territoriales contra la voluntad de las asambleas comunitarias. Se niega el avance de las invasiones como un grave problema que afecta el futuro no solo de los bosques sino también de las comunidades indígenas como las conocemos”, detalló.
“Entre políticos y colonos se defiende a las invasiones como parte del desarrollo económico que Nicaragua necesita, cuando sabemos que aparte de la colonización cultural, las invasiones no hacen más que profundizar el extractivismo, modelo económico insostenible a largo plazo”, continuó la organización.
Prilaka reclamó que “no bastan los avances jurídicos si en la práctica no hay cumplimiento de los mismos. La estructura política creada para la administración del régimen de autonomía, está supeditado al Estado Nacional y no a las comunidades indígenas”.
Añadió que “hoy los gobiernos regionales son los principales órganos de represión y negación de derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes. Y se ha vuelto un instrumento de colonización cultural a favor de quienes detentan el poder político y económico del país. El marco jurídico en materia de derechos de los pueblos indígenas no incluye el desarrollo de un modelo económico propio y alterno al modelo económico occidental”.
En Nicaragua existen miskitus, ramas y mayangnas, en la Muskitia, pero también existen chorotegas, xiu, matagalpas, y nahoas o cacaoperas en el resto del país.
“Estos pueblos fueron diezmados en población hace más de 300 años. Sus territorios fueron ocupados por los descendientes criollos de los colonizadores españoles y por los primeros mestizos. La colonización cultural les arrebató y desconoció sus formas de alimentación, sus formas de vestir, sus territorios, sus formas de organización social y política. Hoy resisten con elementos fundamentales de su medicina tradicional, su espiritualidad, su cosmovisión y su memoria viva de resistencia transmitida oralmente”, apuntó Prilaka.
El 23 de diciembre de 1994 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que el 9 de agosto de cada año se conmemore el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. La fecha, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), marca el día de la primera reunión, en 1982, del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos.