Opinión / Ensayos · 02/02/2021

En qué dirección se mueven las preferencias políticas de la ciudadanía

En el 2006, talvez dos o tres meses antes de las elecciones La Prensa me publicó mi artículo “Lectura vertical y horizontal de las encuestas”, en las que llamaba la atención del hecho de que tradicionalmente las encuestas eran leídas de manera vertical, primero, segundo, tercer lugar en las preferencias. Eso (creo no lo dije), tenía lógica cuando había una polarización “Sandinismo” (FSLN) versus “Antisandinismo” (PLC).

La coyuntura (nacional y latinoamericana) era diferente en el 2006. Eran los tiempos del “pink tide” (oleaje de la izquierda) en América Latina, y, como señalaba en mi artículo, era oportuno hacer “una lectura horizontal” de la encuesta. Sumados la intención de votos del sandinismo (FSLN+MRS) superaba la de los liberales (PLC+ALC).

El 2006 al parecer era (fue) la primera (y última) oportunidad que alguien (o más de alguien), al hacer cálculos políticos, apostaba a “una segunda vuelta” (a manera de “evidencia”, Eduardo Montealegre y Herty Lewites se encontraron en Miami).

Con las dos encuestas recientes de Cid Gallup (mayo-junio del 2020, y Enero del 2021), creo, similar a lo del 2006, es oportuno explorar una lectura “no convencional” de la(s) encuesta(s), y en lugar de enfocarse en qué lugar va(n) los posibles competidores, analizar en qué dirección se mueven las preferencias políticas de la ciudadanía, si las preferencias favorecen “la continuidad o el cambio”.

Disclaimer: la campaña electoral no ha comenzado, y en los tiempos del covid-19 nadie sabe “que será mañana”, sin embargo las preferencias de la ciudadanía son a los efectos prácticos como las del consumidor, valen en el momento en que se miden y es válido medirlas en cualquier momento.

*Raul Valdivia, Economista, Ex profesor de la UCA, Residente en California