Nacionales · 24/05/2021

Entrevista | “Los nicaragüenses vivimos un proyecto totalitario, de control absoluto”: Juan Sebastián Chamorro, precandidato presidencial de Alianza Ciudadana, Nicaragua

*Tomado de La Prensa Gráfica de El Salvador

Nicaragua, en el marco de las elecciones generales, a realizarse el próximo 7 de noviembre, vive un panorama político hostil. El gobernante, Daniel Ortega, busca la reelección tomando iniciativas que van desde reformas de ley que impiden la observación internacional, hasta dar ‘casa por cárcel’ a precandidatos presidenciales de oposición.

Al menos dos precandidatos, Félix Maradiaga, de la Unidad Nacional Azul y Blanco, y Juan Sebastián Chamorro, de la Alianza Cívica, denunciaron el pasado viernes que agentes de la Policía Nacional les impedían dejar sus viviendas y continuar con su ejercicio político a menos de tres meses de la inscripción oficial para correr por el cargo.

Chamorro comenta desde su casa, el lugar que no puede dejar, sobre lo que Nicaragua está pasando con un Gobierno autoritario, las esperanzas de unas elecciones transparentes, su visión sobre El Salvador y la relación de su país con el resto de Centroamérica.

¿Cómo se percibe el panorama político en Nicaragua en este momento?

Mal. Ortega ha cometido acciones en las últimas semanas que van en contra del establecimiento de un ambiente apropiado para la participación libre, transparente, competitividad y observada de la elección. Ejecutó una ley de reforma electoral, aprobada de manera automática, que anula la observación internacional y habilita al Consejo Supremo Electoral, que está bajo total dominio de Ortega, la posibilidad de inhibir candidatos. También ha militarizado la campaña electoral al darle atribuciones a la Policía Nacional de control absoluto a cualquier tipo de manifestación política que se pueda hacer. Recientemente ha eliminado la personalidad jurídica de dos partidos políticos. Está acusando de delito de lavado de dinero a Cristiana Chamorro, mi prima que también es precandidata, y el miércoles pasado me notificó que hasta nuevo aviso no puedo salir de casa.

Todas estas son condiciones muy lamentables para poder ejercer la política, condiciones así son demasiado difíciles para la realización de elecciones competitivas porque obviamente él tiene todo el poder estatal para correr e imposibilita la movilidad de la competencia.

Con respecto a la situación de «casa por cárcel» que menciona ¿Cómo ha pasado y las consecuencias que ha tenido esto con la realización de su actividad política?

Ya tengo ocho meses de estar bajo asedio policial las 24 horas del día y me habían notificado que no podía salir de la ciudad de Managua, en octubre del año pasado. Ahora ya se redujo el círculo de movilidad a solo mi casa. Eso claramente es ilegal sin mayor proceso, simplemente un agente policial con un AK-47, con cuatro antimotines, se para frente a mi vehículo y me dice que tengo que regresarme. Bajo estas acciones no tiene sentido oponer resistencia. Contra un cerco policial evidentemente tengo las de perder, entonces, me dan una notificación arbitraria de un oficial de bajo rango de la policía que está a cargo de la patrulla.

Cualquier cosa que yo haga, o hacía cuando podía salir, tan básicas como ir a cortarme el pelo o al supermercado, ellos entraban. Si me reúno con alguien, entran al establecimiento y toman fotos de con quien me estoy reuniendo. Todo esto lo he documentado, pero esta es la última expresión de lo que se ha venido haciendo desde septiembre que estoy siendo perseguido por la policía.

¿Cómo entonces es el tratar de mantener la actividad política bajo este contexto, con estas acciones?

Estas son condiciones muy, muy particulares. lo que está haciendo la dictadura es estableciendo condiciones para que nosotros nos retiremos del ejercicio político. Que nosotros decidamos no participar en el proceso electoral, eso es una discusión que están teniendo en este momento en Nicaragua, pero al desenmascarar, al denunciar al demostrar este tipo de arbitrariedades también estamos haciendo política. Al publicar en redes, dar entrevistas y documentar las violaciones estamos intentando que la gente y el mundo entero sepa y tome conciencia de la importancia de la lucha que estamos enfrentando.

Mi posición es simple: hay que seguir en este proceso electoral porque la dictadura lo que quiere es que nosotros nos retiremos. Y tenemos que documentar todo movimiento irregular para que, efectivamente, si se comete fraude durante el proceso quede debidamente evidenciado.

Ortega no tiene posibilidad alguna de ganar una elección competitiva, observada y transparente. No tiene. Sus seguidores y fanáticos cada vez son menos y poco a poco está recurriendo a estas artimañas para tratar de ganarlas a su media y nos corresponde a nosotros seguir para que eso no suceda.

Con los eventos que se están dando acá en El Salvador, ¿existe algún punto de comparación políticosocial con lo que se ha desarrollado en Nicaragua?

La institucionalidad es un elemento que podemos sentir alejado. Ortega vino haciendo un plan desde hace muchos años para destruir la institucionalidad, de irrespetar el imperio de la ley poniendo sus fichas en el sistema judicial, que ahora controla totalmente; sus fichas en el Consejo Supremo Electoral, que también controla completamente; y la Asamblea Nacional, que él controla absolutamente. Estas cosas van pasando y pasan desapercibidas o solo se ven con gravedad desde la clase política, por lo general el pueblo no le da tanto seguimiento a lo que está pasando con estos planes ni las consecuencias que tendrán. Ahora estamos viviendo una crisis social, política y económica, lo más grave vivido en Nicaragua, producto del plan de control absoluto de Ortega.

Hago esta reseña para hacer ver, con todo respeto al hermano pueblo salvadoreño, no es mi intención inmiscuirme en asuntos de otros países, pero sí puedo compartir la experiencia que los nicaragüenses vivimos de un proyecto totalitario y control absoluto del poder político… Debimos haber sido más beligerantes en la lucha para prevenir este proyecto totalitario de Ortega en el pasado. Debimos habernos opuesto de manera contundente como clase política. Debimos haber participado más en la política. Yo soy una persona nueva, empecé a participar activamente hasta después de la rebelión de abril del 2018. Pero la indiferencia es mala. Al final este proyecto totalitario de Ortega ha traído dolor, muerte, exilio. Más de 325 personas documentadas han sido asesinadas de manera planificada a partir de las protestas. Más de 120 presos políticos todavía están en las cárceles y más de 100,000 exiliados se han ido del país, producto de este proyecto totalitario. Es importante pensar siempre en la importancia de la institucionalidad y la independencia entre los poderes del Estado y lo sano que es que el poder esté distribuido y no caer en un proyecto totalitario como ocurrió acá con Ortega. El poder absoluto nunca será un buen consejero. Nunca. El balance de poderes es la base de una democracia.

Ahora, profundizando en el tema del proceso electoral de Nicaragua ¿Se pueden esperar elecciones libres? ¿Hay confianza en que se dé un proceso electoral democrático de elección popular?

La mayoría de los nicaragüenses creemos que las probabilidades del fraude electoral son altísimas. Las encuestas señalan esta posibilidad alrededor del 60-53 %, que los nicaragüenses creemos que hay una alta probabilidad que se dé un fraude electoral. Ortega ha cometido fraude en prácticamente todas las elecciones en las que ha participado, entonces no debería ser esta la excepción y con mucha más razón estando su popularidad más baja que nunca y con el pueblo nicaragüense más decidido por un cambio; esto aumenta la posibilidad de fraude. Sin embargo, la inmensa mayoría de los nicaragüenses, alrededor del 85 %, en una encuesta reciente, dice que sí va a ir a votar.

Es decir, la mayoría cree que el fraude electoral es inevitable, pero también irán a votar. Lo que está haciendo Ortega de eliminar candidatos, eliminar partidos políticos no le está generando el efecto de abstencionismo, sino que la gente quiere ir a votar como forma de protesta y de expresarse contra Ortega. Estamos en una situación donde es posible hacer una campaña política, basada en la esperanza de crear esta inmensa ola de millones de votos que sea irreversible para Ortega y ganar la elección, o en su caso alternativo que se vea en la situación de efectuar un fraude completamente descarado.

La posición nuestra, la mía en particular, es hacerle esto lo más difícil posible a la dictadura participando.

En ese sentido, ¿cuáles son las expectativas para reestructurar el Estado de Derecho frente a este panorama electoral?

Si Ortega persiste a través del fraude, la situación empeorará. Es muy probable que muchos países dejen de reconocer la legitimidad de Ortega producto de esto. La situación económica se deteriorará aún más. Si se genera un cambio y se establece un gobierno democrático, comenzará un proceso, que tomaría bastante tiempo de consolidación. Esto es una tarea titánica porque Ortega ha destruido toda la institucionalidad, por lo que va a requerir de trabajo continuo y varias administraciones. Comenzado el trabajo con el tema de derechos humanos, la independencia de poderes, reforma de la constitución para evitar la reelección. Es un plan de mucho trabajo que tomaría muchos periodos, pero que si tenemos elecciones contundentes se hará.