Nacionales · 11/08/2021

España llama a consultas a su embajadora en Nicaragua por acusaciones infundadas del régimen

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, llamó este miércoles a consultas a la embajadora en Managua, María del Mar Fernández-Palacios, tras la nota emitida ayer por el régimen orteguista con “graves e infundadas acusaciones” contra España y sus instituciones.

Además, la nota del régimen de Daniel Ortega incluía “gruesas falsedades sobre procesos judiciales y electorales” españoles, subrayó hoy el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

“Nicaragua atraviesa una profunda crisis política, económica y social que se ha agudizado en las últimas semanas como consecuencia del recrudecimiento de la represión por parte del Gobierno contra actores políticos y sociales de la oposición, así como contra medios de comunicación independientes”, según el mismo comunicado.

Por ello, España rechaza “de manera tajante” el contenido de la nota de la Cancillería orteguista y exigió al Estado de Nicaragua que “cumpla con los compromisos internacionales adquiridos en materia de Derechos Humanos y sus propios preceptos constitucionales, garantizando los derechos de todos sus ciudadanos y la libre participación política”.

En los últimos días, España y la Unión Europea (UE) han manifestado que las decisiones que impiden la participación de la oposición en las elecciones generales convocadas para el 7 de noviembre eliminan las debidas garantías del proceso electoral en ciernes y privan de credibilidad a sus resultados.

España y la UE cuestionaban así el hecho de que, desde el pasado mes de mayo, ya son 32 los líderes y candidatos de la oposición nicaragüense detenidos y acusados de traición a la patria, lo que les impedirá presentarse a las elecciones generales de noviembre.

Tras las críticas de la UE y España, el régimen orteguista respondió con una nota dirigida al Ministerio español Exteriores en la que condenaba la “inadmisible intromisión del Gobierno del Reino de España en los asuntos internos” del país.

El régimen acusó a España de carecer de “autoridad moral”, culpable de “tanta falacia, encubrimiento, mentiras, delitos, crímenes de odio y lesa humanidad, que no confiesan, pero que todo el mundo conoce, y condena”.