Nacionales · 21/03/2020

Especialistas temen explosión de casos de COVID-19 en Nicaragua

“Al que no quiere sopa, que le den dos tazas”. Mientras diversos sectores médicos, políticos, empresariales e incluso países vecinos, piden al régimen de Daniel Ortega que asuma medidas para evitar que la pandemia del coronavirus COVID-19 se descontrole en Nicaragua, Rosario Murillo, mujer de Ortega, anunció para este sábado que unos 250 mil brigadistas iniciarán visitas casa por casa “compartiendo y explicando las medidas de prevención, higiene y seguridad”. La meta es visitar un millón de hogares en una semana.

Para el doctor Álvaro Ramírez, epidemiólogo nicaragüense radicado en Irlanda, la acción anunciada por Murillo es precisamente “lo que no se debe hacer”. “Todas esas medidas de movilización social, contacto uno al otro, es exposición de personas y aumentan la transmisión”, dijo.

“Este sábado vamos a desplegarnos en fuerza de espíritu, en gracia de Dios y con la fortaleza de la fe y la esperanza; en estos tiempos de COVID-19 donde el amor debe prevalecer”, dijo Murillo al anunciar la masiva visita casa a casa.

Desde finales de febrero pasado, el régimen de Daniel Ortega anunció su decisión de ir en dirección contraria a las disposiciones que otros países del mundo están tomando para frenar el avance del coronavirus. La sancionada asesora presidencial, Sonia Castro, aseguró que el Ministerio de Salud (MINSA) “no ha establecido ni establecerá ningún tipo de cuarentena en el país” y Rosario Murillo dijo que Nicaragua no dispondría restricciones migratorias, tal como han hecho los países vecinos.

Desoyendo las recomendaciones del distanciamiento social en que insisten los expertos, el régimen de Ortega organizó el sábado pasado una marcha con sus simpatizantes y funcionarios denominada “Amor en tiempos del COVID-19”.

Esta semana Nicaragua registró oficialmente sus primeros dos casos confirmados. El primero se conoció el miércoles y se trata de un militar activo del Ejército, de 40 años, que viajó recientemente a Panamá; y este viernes Rosario Murillo anunció el segundo caso, un paciente con VIH, hipertenso y diabético, que viajó a Colombia.

En toda su comunicación, Murillo insiste en que los casos de coronavirus registrados “son importados” para trasmitir una sensación de seguridad y control en Nicaragua, a pesar que el primer caso, se sabe, viajó tres días a Panamá y fue internado al segundo día de su regreso a Nicaragua.

>> 76% de la población reprueba al régimen orteguista ante COVID-19, según Cid Gallup

La opositora Coalición Nacional acusó al régimen orteguista de “querer imponer a la ciudadanía nicaragüense un ambiente de seguridad y normalidad” que “contradice cualquier lógica o protocolo de atención en la materia”.

“El régimen sigue llamando a actividades masivas y aglomeraciones de personas, no se cierran fronteras, se da muy poca información sobre las medidas básicas para evitar el contagio a la población, y no se provee al personal de salud del material necesario para su protección. Se carece de un llamado a la sociedad de quedarse en sus casas para contener la pandemia. Las escuelas siguen recibiendo cientos de niños y niñas y las universidades y demás instituciones públicas del país no aplican medidas de prevención”, dijo el viernes en un comunicado el organismo que agrupa a varios movimientos y partidos opositores.

Esta semana se realizó un simulacro de terremoto, que según cifras oficiales involucró a un millón y medio de nicaragüenses, se siguen recibiendo cruceros turísticos en los puertos de Corinto y San Juan del Sur, los niños han sido sacados de las escuelas para conmemorar efemérides sandinistas, y la codirectora de Turismo, Anasha Campbell, anunció un plan de 80 actividades a realizar en Semana Santa, “como parte de la restitución del derecho a la recreación sana, al esparcimiento, y al disfrute del arte y la cultura en tranquilidad y paz”.

Las actividades anunciadas por el régimen contemplan misas campales, viacrucis acuáticos, concursos gastronómicos y presentaciones teatrales de contenido religioso en varios municipios, entre otras actividades.

Sin embargo, el epidemiólogo Álvaro Ramírez considera que en tres semanas Nicaragua estará con los “hospitales abarrotados con gente con neumonía”. Según el experto en estos momentos se vive en el país una “propagación silenciosa” que en julio podría estar alcanzado al 70% de la población. “En mis 36 años como epidemiólogo nunca había visto algo como esto”, dice en alusión al COVID-19.

Ramírez pide al régimen que recapacite y llame a la población a un paro, a que se quede en casa, porque de poco servirá que cuando los hospitales estén llenos “empecemos a gritar: ¡Todo mundo en casa! ¡Todo mundo en casa! Ya será muy tarde y vamos a tener a muchos de nuestros pacientes, nuestros abuelitos, teniendo fibrosis pulmonar”.

Pone como ejemplo el caso de Italia que “cuando los casos empezaron aparecer no se pararon los partidos de futbol, ni las actividades políticas ni las religiosas, y la explosión masiva se dio silenciosamente”.

Otro experto, el doctor Miguel Orozco, especialista en Salud Pública, critica “el secretismo” con que se maneja el régimen de Ortega. “No sabemos cómo está la epidemia. Nos hablan de dos casos, pero si multiplico esos dos por el número de contactos potenciales tenemos más que eso. Lo que sucede es que no se han realizado exámenes. Como no sabemos cuántos enfermos tenemos, no sabemos cuál es el nivel de respuesta en este momento. Tenemos una vigilancia pasiva, que es sentarse a esperar a ver qué cae, en vez de una vigilancia activa que sería buscar casos, como hizo Taiwán o Corea”.

El miércoles llegó a Nicaragua una brigada de médicos cubanos integrada por virólogos, epidemiólogos y médicos clínicos intensivistas, que reforzarán el sistema de salud para enfrentar la epidemia.

También se anunció el uso de la controversial planta de vacunas Mechnikov para empezar a producir con apoyo cubano el medicamento conocido como Interferón Alfa 2B con fines de uso interno y de exportación. Esta planta fue inaugurada en 2017 pero nunca funcionó sacudida por escándalos de corrupción en su manejo.

“Como ustedes saben el interferón es uno de los medicamentos que se está utilizando contra el COVID 19. Ya Nicaragua ha adquirido una cantidad necesaria de Interferón de Cuba, pero ante las posibilidades que tiene nuestra planta de vacunas Mechnikov, estamos evaluando como en un proyecto rápido, empezar a fabricar el producto aquí mismo en Nicaragua y de esa manera que Biocubafarma pueda explotarlo, venderlo no solo aquí en Nicaragua sino exportarlo a otros países de Latinoamérica”, explicó Roberto López, el sancionado presidente ejecutivo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

Orozco dice que las acciones que hasta ahora ha emprendido el régimen no responden a la estrategia recomendada por la Organización Mundial de la salud (OMS) ni a los que están haciendo los países vecinos.

“Podemos observar en nuestro vecindario se están siguiendo las orientaciones de la autoridad mundial, la Organización Mundial de la Salud, al pie de la letra. Lo que se hace en Nicaragua se aparta completamente, empezando por la estrategia del distanciamiento físico, no social porque uno sigue en contacto a través de los medios de comunión”, señala.

Preguntado si en Nicaragua se estaría siguiendo el modelo adoptado por Inglaterra y que es conocido como “inmunidad del rebaño”, donde se manejan los contagios más graves en correspondencia con las capacidades hospitalarias, dice que hasta ahora el régimen no ha manifestado que esa sea su intención. “Si es así, la población tiene que saber cuál es la orientación que se está siguiendo para poder colaborar”, dice.

Sobre la movilización masiva de este sábado, casa por casa, anunciada por Rosario Murillo, dice que esas estrategias son propias de otras enfermedades como el dengue, pero no para el COVID-19.

“Más que sea correcto o incorrecto, no lo veo en ninguna de las recomendaciones de la OMS, no lo veo en ninguno de los países, no sale en la experiencia ya sistematizada de la respuesta a la epidemia ni en China, ni en Italia, ni en Inglaterra ni en ninguno de los países latinoamericanos ya afectados. Más bien se orienta: quédese en su casa, y si siente síntomas, repórtelos, y solo en caso de gravedad comprobada por el médico es que usted va a ir al servicio de salud que le orienten”, indica Orozco.

*Con información de Infobae