Nacionales · 28/03/2022

Este proceso de implosión le está moviendo los cimientos a la dictadura, afirma Haydee Castillo

La activista de derechos humanos y miembro de la organización de Nicaragüenses en el Mundo (NEEM) Haydee Castillo dijo este lunes que la rebelión por parte de dos altos funcionarios del régimen de Daniel Ortega son parte de un proceso de implosión que “está moviendo los cimientos a la dictadura”, pues los últimos en renunciar a sus cargos no se han ido callados.

Castillo se refiere a la deserción del exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, y de la renuncia el domingo de uno de los abogados de Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el estadounidense Paul Reichler. Ambos calificaron a Ortega como un dictador.

Estamos llegando a un momento de cosecha en la conciencia colectiva, un momento de atar cabos. El pueblo de Nicaragua como hemos vivido tantos engaños, tanto pacto, tantas traiciones, el pueblo no se va de primas a primeras, observan y para tomar una decisión pasa el tiempo, porque como decimos ‘el que está quemado en leche hasta las cuajadas sopla’ entonces creo que este es un poco el proceso que está viviendo Nicaragua en su conciencia colectiva”, dijo la activista.

Para Castillo, “esas termitas” a como en buenos términos denomina a las personas que luchan contra la dictadura “vienen trabajando aún antes de abril, cada golpe, cada traición, cada robo, cada violación de derechos humanos, cada asesinato selectivo, va haciendo mella en la sociedad nicaragüense y creo que en abril (2018) se vio los primeros síntomas de la implosión”, destacó en referencia a las primeras deserciones de policías y militares que se negaron a reprimir al pueblo nicaragüense.

Reconoció que muchos funcionarios del Estado apoyaron la rebelión de abril, “pero lo hacían en silencio, ponían recursos, mandaban alimentos, ponían sus vehículos, hubo toda una participación”.

Otro fenómeno mencionado por Castillo, que forma parte de esa implosión, fue el que hijos e hijas de dirigentes orteguistas importantes, de cargos importantes del Estado participaron en las marchas contra el régimen de Ortega en 2018.

Esto lo pongo como punto de partida para un proceso de implosión que lo estamos viendo en una segunda etapa que le está moviendo los cimientos a la dictadura, porque no se están yendo en silencio. En el caso de McFields, en el foro más importante multilateral de las Américas, es increíble porque ya no solo somos nosotros los defensores y defensoras de derechos humanos, es sus propios funcionarios y personas de confianza diciendo que el monstruo ellos lo están viendo desde adentro”, apuntó Castillo.

Lo que estamos viviendo en este momento es, como que el pueblo de Nicaragua en medio de tanto dolor, empieza a florecer, por eso dicen que los momentos críticos de la historia surge o lo peor o lo mejor del ser humano. Los mejores seres humanos que aún están en las filas de la dictadura están floreciendo en sus valores y está pudiendo más su valor humano, que el compromiso con un partido”, agregó.

NO TENEMOS QUE PENSAR EN LA VENGANZA

La activista señaló que “este es el momento de tratar de acuerparnos todos en una sola bandera, en ese azul y ese blanco” e hizo eco de las palabras de Monseñor Silvio Báez, quien ayer domingo pidió no rechazar, ni “juzgar a la ligera” a los trabajadores estatales nicaragüenses que decidan renunciar y denunciar al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Cuando alguien se arrepiente y decide cambiar, hay que apoyarlo con afecto. Cuando alguien que se equivocado, reconoce sus pecados y rectifica siempre se siente avergonzado y necesita de nuestra cercanía y de nuestra comprensión. No nos quedemos indiferentes ante estos hermanos, ni seamos rígidos de corazón pensando que hay personas que no son dignas de recibir el abrazo y el perdón de Dios”, dijo el obispo durante una misa en la iglesia St. Agatha de Miami.

Para Castillo, se tiene que recomponer la sociedad y “tenemos que trabajar en la despolarización, el reencuentro; como dijo Monseñor (Silvio) Báez, necesitamos acuerparnos entre todos porque tenemos un monstruo en frente que cultiva la división. Aquí lo que está en juego es el país que es de todos”.

Nosotros como buenos seres humanos no tenemos que pensar en la venganza, pensar en la venganza es parte de un comportamiento violento que nos ha hecho mucho daño a través de la historia. Tenemos que diferenciar entre venganza y justicia, porque si nosotros pensamos en la venganza nunca vamos a encontrar la paz, porque es un círculo vicioso”, zanjó.

Castillo aclaró que en Nicaragua se sabe quién se manchó las manos de sangre y quién no, y que por ello habrá justicia en el futuro, con un nuevo gobierno.

Es momento que cualquier nicaragüense aún haya estado en las filas del régimen, pero que es honesto, que tiene valores humanos, que no se vio implicado en nada de esos crímenes, pasemos a unirnos todos para hacer viable a Nicaragua y recuperar las libertades para todos, y los tiempos de justicia segurísimo que van a llegar”, concluyó.