*Por Felipe León | Revista Abril
Las últimas tres semanas de mayo y junio del 2021, en materia política, la coyuntura se ha caracterizado por acusaciones sin fundamento creíble contra precandidatos a la presidencia, detenciones domiciliares arbitrarias, allanamientos y encarcelamientos sin los procedimientos de ley; citatorias y amenazas a periodistas de medios independientes; persecuciones y violencia contra figuras públicas del ámbito político nicaragüense, agresiones a periodistas que cubren las acciones policiales contra personajes opositores al régimen dictatorial del binomio Ortega-Murillo, que han decidido participar en las elecciones con este gobierno policíaco de naturaleza autoritaria en el que no hay espacios para el ejercicio democrático y elecciones libres, limpias y respetuosas de la voluntad popular, pero que piensan que es posible derrotarlo si la gente sale masivamente a votar el 5 de noviembre del año en curso.
Estas acciones recientes de la dictadura, en medio del proceso electoral actual, ponen en evidencia la continuidad de la ruta trazada desde años atrás por el partido de gobierno para permanecer a cualquier costo en control del poder como lo señaló el fallecido personaje rojo y negro Tomas Borge; una estrategia perversa a largo plazo que ya mostró su peor rostro en los crímenes de abril de 2018 contra manifestantes y demandantes cívicos; con la brutalidad de la operación limpieza por parte de la policía y paramilitares armados con la complicidad de los mandos superiores del ejército; con los cienes de desaparecidos y presos políticos, los miles de exiliados y el desarraigo de las familias nicaragüenses; cuyo objetivo fue sofocar la rebelión de abril 2018, que puso al borde del colapso a la dictadura y la obligó a ripostar con violencia desmedida (crímenes de lesa humanidad) y a estructurar la falacia de una teoría de conspiración y “golpe de Estado» inexistente.
Consecuentemente con la falsa versión de los hechos que se han inventado, la historia distorsionada desde la óptica de los opresores (de los detractores del ideario de Sandino y de los nuevos “timbucos») utilizaron a sus marionetas de la Asamblea Nacional para aprobar leyes aberrantes que les permitiera impunidad para acusaciones infundadas contra sus opositores con la premeditada intención de inhibirlos en sus postulaciones a candidaturas políticas en el marco del presente proceso electoral. Las leyes de “Agentes extranjeros», “Defensa de la soberanía e independencia…” y otras similares como las reformas electorales a su medida y la conformación de un Consejo Electoral a su servicio, que fueron maquiavélicamente pensadas para utilizarlas contra sus oponentes electorales; además de inhabilitar a partidos políticos, ahora ponen en marcha a todos sus agentes policiales, judiciales, penitenciarios y a los gacetilleros de sus redes sociales y medios de comunicación para apresar, levantar falsas acusaciones y descalificar a los opositores, imputándoles delitos y abriéndoles causas judiciales amañadas, siguiendo el viejo manual somocista.
¿Qué hay detrás de estas maniobras?
¿Cómo interpretar esta escalada del régimen, qué busca la dictadura con estas agresiones a las figuras más notorias de la oposición electoral?
¿Es una táctica, un mensaje a los ciudadanos para desestimular a la mayoría del pueblo nicaragüense para que no participe en el proceso electoral?
¿Son acciones que apuntan a crear un estado de cosas, una correlación de fuerza, que le posibilita tener rehenes políticos para forzar una negociación con los empresarios nacionales, los Estados Unidos de Norteamérica, las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), el Parlamento Europeo, con el objeto de acelerar y garantizar el denominado “Aterrizaje Suave»?
¿Qué beneficios obtiene el régimen con estas maniobras? ¿Hay algo amarrado, un acuerdo político y necesita forzar a sus oponentes en la mesa de negociación a tomar decisiones favorables a su familia y sus secuaces?
¿Qué puede ofrecer la pareja dictatorial en una negociación sino es la liberación de sus rehenes, (ya que no sacrificaría su permanencia en el poder ni la fortuna mal habida por corrupción al amparo del poder), si son congruentes con su intención de retener el poder a toda costa? Para lo cual ya han ensayado de todo: gobernar desde abajo; pactos políticos; fraudes electorales; violación a la Constitución Política; asesinatos políticos; masacre del pueblo; operaciones limpieza; desapariciones; encarcelamientos; torturas; vejámenes; juicios políticos; enriquecimiento ilícito; peculado; corrupción; saqueo de los recursos naturales, etc.
No duermen tranquilos en El Carmen
Es obvio que esta reacción a cinco meses de las elecciones está motivada por el profundo temor y terror del síndrome “Chamorro» del año 90 cuando perdió las elecciones con doña Violeta y quizás esa pesadilla es la que atormenta a la pareja, que hace que doña Rosario Murillo lance sus improperios contra la familia de Pedro Joaquín Chamorro, de quien fue secretaria, ante la posibilidad de que Cristiana Chamorro los derrote en estas elecciones con el respaldo de una demoledora mayoría si hubieran elecciones transparentes y supervisadas. En el Carmen hay terror y no duermen tranquilos ante esa incertidumbre que los desvela y atormenta.
El contrasentido de las diatribas de la “Compañera»
Es curioso que la “Compañera» no preste atención a sus señalamientos incongruentes cuando habla de “ladrones» y “perversos”, solo hay que preguntarse ¿quiénes son los ladrones y perversos, quienes se enriquecieron con la ayuda venezolana y quienes le han hecho el mayor daño a Nicaragua?
Salgan de sus madrigueras, de sus autos blindados, de sus círculos de aduladores, de sus adocenados seguidores y partidarios, de sus espías, soplones y orejas y se darán cuenta de lo que piensa la gente de ustedes.
Y si pudieran saber cómo lo está recibiendo la gente lo que están haciendo, está causando resentimiento y rabia; la historia cambia cuando llega la gota que rebasa el vaso; recuerden el asesinato de Pedro Joaquín lo que significó para la revolución del pueblo nicaragüense.
Si dan un paso más en la dirección equivocada el pueblo democrático los enjuiciara, y si no logran evitar que el voto sea masivo ese pueblo los derrotará en las urnas pese a todos sus esfuerzos por disuadirlos.
Al fin de cuentas que puede estar tras este telón de fondo
Estas arbitrarias detenciones y acusaciones presuntamente son para doblarle el brazo al capital nacional y obligarlo a negociar una salida sin perder el control totalmente de la Asamblea, seguir controlando el poder judicial; y pudieran en última instancia ceder el ejecutivo manteniendo otras palancas y sobre todo la policía y el ejército. Pero las discusiones en El Carmen deben estar siendo agitadas porque “La Compañera” aspira a la continuidad con el control absoluto de los todos los poderes.