Nacionales · 17/03/2022

Estudiantes en riesgo por comida “basura”

*Por Voces en Libertad

“La comida chatarra no contribuye en nada a la nutrición de niñas, niños y adolescentes”, advierte médico especialista.

Las jornadas de clases requieren que los niños y niñas pasen varias horas del día en los centros de estudio, entre lecciones, cambios de horario y un breve espacio para el recreo. Precisamente en ese tiempo de descanso, que suele ser de unos 15 a 20 minutos, el grupo de estudiantes no la piensa mucho y  de forma automática corre rumbo a los kioscos ubicados en los colegios, donde encuentran fácilmente una oferta de productos procesados, empacados y enlatados que no necesariamente contribuyen a su nutrición.

El doctor Armando Fernández Marín es especialista en nutrición y afirma que esos productos conocidos como comida chatarra o “chuchería” no constituyen un alimento para la persona y más bien, afecta su desarrollo físico y mental. Fernández cree en la necesidad de manejar las recomendaciones en el tema y puntualiza que “un niño, por lo menos, no puede tomar jugo ni cosas con sal en lo que son menos de dos años, yo he visto niños menores de un año que le están dando juguitos procesados, gaseosa, entonces son cosas no saludables para los niños y no es bueno, por eso miras bastante obesidad infantil, ya estás viendo síndrome metabólico en niños, entonces todo eso son factores que vos estás observando que son muy importantes que la gente tiene que aprender la nutrición desde el hogar, porque ahora los padres tienen las facilidades, hay más cosas que tal vez no son tan buenas que tienen exceso de azúcar, grasa, eso no es muy bueno para la salud de los niños y para su desarrollo también”.

Doctor Armando Fernández Marín

Reconocen que kioscos venden productos no nutritivos

El director académico del Colegio San Francisco de Asís de Camoapa, licenciado José Santos Hernández, reconoce que el kiosco de ese centro de estudios ofrece algunos de los productos no recomendados para la nutrición de los niños y niñas, pero se esfuerzan por garantizar otros que sí son saludables. 

Se procura tener un menú que está basado en sándwich, tajadas con queso, el quesillo, enchiladas, repochetas y todas esas cosas para que los muchachos tengan variedad en diferentes tiempos, siempre se les vende el agua, no contamos con lo que se conoce como chivería”, comenta Hernández, enfatizando que no permiten la venta de comida chatarra, aunque si están disponibles las bebidas envasadas, entre esas las gaseosas.

El nutricionista advierte sobre esta situación que a veces los padres y madres de familia resuelven con dinero para que sus hijos compren en los quioscos escolares, en lugar de prepararles una merienda en el hogar. “La base de todo está en la familia, ahora vos le das ‘riales’ al niño, te va a comprar lo que sea y ahora ya no le das cinco pesos, ahora le das veinte, treinta pesos al niño, entonces todo eso es importante que la gente sepa que la nutrición se basa desde que son pequeños”, enfatiza el especialista.

Para que los kioscos puedan vender esos productos, necesitan la demanda de los mismos por parte del estudiantado, por lo que se valida lo dicho por el doctor Fernández. El joven Jefferson Guzmán es estudiante de secundaria y comenta que desde la primaria, sus padres le han dado dinero para comprar la merienda en la escuela. “Mi merienda a la hora de receso, son los platanitos y una gaseosa y de vez en cuando una enchilada cuando me da ganas de comerla”, compartió el estudiante.

Jefferson agrega que nunca ha llevado comida de su casa a la escuela, porque le da “pena” y afirma que diariamente dispone entre treinta y cuarenta córdobas para la compra de su merienda en el quiosco del centro de estudios. Esta historia se repite en la mayoría de estudiantes, especialmente cuando no hay un esfuerzo compartido para promover la nutrición adecuada de la comunidad estudiantil. 

Normas nutricionales sin eficacia 

Desde el año 2008, el Ministerio de Educación ha publicado una serie de documentos vinculados con el programa de nutrición escolar, conocido como PINE, atendiendo situaciones particulares como el manejo de la higiene en los quioscos y la manipulación de los alimentos. Uno de esos documentos es la Guía de Nutrición e Higiene para Kioscos Escolares, publicada en el 2008 con el apoyo de UNICEF, según puede leerse en el mismo documento.

En esa guía hay un apartado dedicado al tema de la nutrición que establece como aspiración: “la venta de alimentos nutritivos en kioscos escolares, debe respetar los hábitos locales, la cultura alimentaria, la accesibilidad económica y la preparación higiénica de los alimentos”. Pero no se habla de una prohibición expresa en la oferta de los productos no nutritivos, pues solamente refiere que “se desestimulará la venta de bebidas gaseosas, tostaditas en bolsa (ranchitas, meneítos, etc.) y otros alimentos sin valor nutricional, como exceso de frituras…”  

El doctor Armando Fernández, consciente de la importancia de la nutrición adecuada, reflexiona sobre este tema, reconociendo que “a veces no tenemos la costumbre de ver los programas de nutrición, también las escuelas, tanto privadas como públicas, no hacen énfasis en lo que es la parte nutricional; he notado que hay centros escolares que han cambiado, que son muy diferentes, pero en Nicaragua, los kioscos te venden lo más rápido pues ahora y las generaciones han cambiado”.

El especialista advierte sobre las implicaciones negativas de los productos con alto contenido de azúcar, agregando que “esos productos tienen altas concentraciones de azúcar, de harina refinada, tienen edulcorantes, aparte de eso tienen preservantes, entonces no son muy buenos”. Fernández agrega, entre los riesgos de consumir esos productos no nutritivos, el efecto adictivo que algunos de ellos tienen en los consumidores, recomendando comidas y bebidas naturales para garantizar una buena salud, especialmente por tratarse de niños y niñas.

En el Programa Integral de Nutrición Escolar se promueve la venta de alimentos típicos, preparados de forma creativa para la oferta en los kioscos. Mientras los productos no nutritivos se permitan en las escuelas, su consumo seguirá dentro de las opciones de la comunidad estudiantil y la nutrición adecuada continuará como un tema pendiente.