El exnuncio apostólico en Nicaragua, el sacerdote nigeriano Fortunatus Nwachukwu, expresó este lunes sentirse “muy triste” por la situación del obispo Rolando Álvarez y por lo que ocurre en Nicaragua desde abril de 2018.
Nwachukwu culminó su misión en Nicaragua en enero de 2018, tres meses antes que estallara la crisis sociopolítica en el país, y ahora es observador permanente de la Santa Sede en la Naciones Unidas.
“Estoy muy triste por lo que pasa con monseñor Rolando y por lo que pasa en Nicaragua. Estoy muy triste porque yo conozco el país, he trabajado durante cinco años muy bien con el pueblo nicaragüense, con la Iglesia en Nicaragua y también con el gobierno”, declaró el religioso al ser abordado por la periodista Tamara Morales del medio Agenda Propia.
“Yo salí del país al comienzo de 2018, no sé qué pasó; y lo que sucede (actualmente) es como si yo no reconociera más la Nicaragua que tanto yo amé y que tanto yo amo”, agregó.
PIDE PAZ Y RECONCILIACIÓN EN NICARAGUA
Dijo que desea “la paz, la reconciliación a este pueblo que tanto llevo todavía en mi corazón”. “Yo visité casi cada rincón de Nicaragua y pude apreciar la bondad del pueblo nicaragüense y rezo cada día por el pueblo nicaragüense para que pueda encontrar de nuevo la paz, la concordia”.
Asimismo, aseguró desconocer lo que esté haciendo el Vaticano para liberar al obispo Álvarez, quien fue condenado a más de 26 años de cárcel por negarse a ser desterrado de Nicaragua el pasado 9 de febrero.
Fortunatus es considerado “el peor” nuncio que ha tenido Nicaragua, por su cercanía con el régimen Ortega-Murillo, quien antes de irse del país en 2018, le entregó al religioso la Orden José de Marcoleta en Grado de Gran Cruz.