Internacionales · 21/07/2022

Experto advirtió ante el Congreso de EEUU sobre la creciente expansión y amenaza del régimen ruso en América Latina

Pese a la fuerte condena y aislamiento internacional a raíz de la brutal invasión a Ucrania, el régimen ruso mantiene el respaldo de sus históricos socios latinoamericanos. Las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua no sólo no se sumaron al masivo rechazo por los ataques de las tropas de Vladimir Putin contra la población civil ucraniana, sino que apoyan públicamente al Kremlin en su incursión militar. Este fuerte respaldo responde a la gran influencia que alcanzó Moscú en América Latina desde hace décadas.

El miércoles Evan Ellis, profesor e investigador del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, alertó ante el Congreso norteamericano sobre la creciente expansión y amenaza de Rusia en la región.

Durante su intervención ante la Cámara de Representantes presentó un análisis y una perspectiva “personal” sobre las actividades rusas en el hemisferio occidental.

“Rusia ha demostrado su intención y capacidad, aunque limitada, de llevar a cabo actividades militares y otras actividades estratégicas orientadas contra Estados Unidos y nuestros socios en el Hemisferio Occidental”, indicó el experto norteamericano, quien afirmó que “el vehículo clave” para lograr esa expansión “ha sido la connivencia con los regímenes autoritarios, como Venezuela, Nicaragua y Cuba”.

Las actividades rusas denunciadas por Ellis van desde despliegue de tropas y equipamiento militar, hasta campañas de desinformación.

En el caso de Venezuela, el reconocido investigador norteamericano recordó que “en los últimos meses, Rusia ha desplegado equipo militar, tropas y mercenarios” en el país caribeño, “y ha proporcionado asistencia técnica al régimen de Maduro”. Estas iniciativas se suman al despliegue de sistemas de defensa antiaérea S-300, y a la presencia de al menos 100 instructores y técnicos militares y mercenarios del Grupo Wagner.

Desde 2008 hasta la fecha, el Kremlin envió a Venezuela en reiteradas ocasiones sus bombarderos Tu-160 con capacidad nuclear. Ese 2008, por ejemplo, también desplegó una flota de cuatro buques de guerra. Ellis señaló que Rusia “ha amenazado con establecer una base militar en la pequeña isla de La Orchila, frente a la costa de Venezuela”.

Desde 2006, las ventas en equipamiento militar de Rusia a Venezuela ascienden a unos 11.400 millones de dólares.

Esta creciente presencia militar rusa en el país caribeño ha despertado una gran preocupación en la vecina Colombia, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región. “Es posible que los rusos hayan proporcionado a Venezuela una capacidad radioelectrónica para interceptar comunicaciones que podría utilizarse para interceptar comunicaciones de Colombia y Brasil”, afirmó Ellis.

Otro aliado estratégico de Rusia en la región es el régimen de Daniel Ortega. El profesor norteamericano recordó ante el Congreso de Estados Unidos que el Congreso de ese país, por orden del dictador sandinista, “autorizó recientemente entre 180 y 230 tropas, aviones, barcos y armas rusas para operar en suelo nicaragüense”. Una medida que en realidad se trató de una extensión de la autorización aprobada en noviembre de 2021 para que las fuerzas de Putin operen en el país centroamericano.

Al igual que en Venezuela, Rusia también ha desplegado sus bombarderos Tu-160 Backfire con capacidad nuclear y otras aeronaves militares en Nicaragua en reiteradas ocasiones, incluso violando en varias oportunidades el espacio aéreo colombiano.

Desde 2013, Rusia también se comprometió a utilizar sus buques de guerra para patrullar en aguas nicaragüenses. Y en los últimos años incrementó la provisión de tanques, vehículos blindados, helicópteros y aviones militares, y barcos de misiles.

La dictadura cubana también se beneficia del envío de equipamiento militar ruso desde la época de la Unión Soviética.

Además de la extensa presencia militar rusa en la región, otra amenaza que genera cada vez más preocupación a Estados Unidos es lo que Ellis definió como la “guerra de información”. Al respecto, explicó que Moscú, en cooperación con los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, inició desde hace tiempo una fuerte campaña de desinformación a través de “trolls” y “bots” en las diferentes plataformas y redes sociales.

Según indicó, esas actividades tienen como objetivo “aumentar la polarización y disminuir la confianza en las instituciones democráticas” de la región. El experto norteamericano apuntó que hay “pruebas creíbles” de que Rusia pudo haber interferido “en la dinámica política y en las protestas sociales” registradas en Chile y México.

Estas actividades son complementadas y amplificadas “por las plataformas de desinformación del Estado ruso, como Russia Today y Sputnik”.

Ellis advirtió, además, que la amenaza rusa es aún más peligrosa al observar que casi todos los países de la región están en crisis, como consecuencia de los devastadores efectos económicos que dejó la pandemia y los recientes efectos inflacionarios provocados por la invasión a Ucrania. “Si los gobiernos en riesgo de la región son capturados por líderes antidemocráticos, como los que hay actualmente en Venezuela, Nicaragua y Cuba, las opciones de Rusia para socavar y amenazar a Estados Unidos en el hemisferio, junto con Irán y China, se ampliarán peligrosamente”.

De hecho, Ellis recordó que la injerencia rusa no sólo se ve en esas dictaduras, sino también en otros países: “La disposición de algunos países de apoyar y colaborar con Rusia ha sido preocupante. Los principales ejemplos incluyen el apoyo simbólico y retórico que los gobiernos de Alberto Fernández en Argentina y Jair Bolsonaro en Brasil dieron a Vladimir Putin, cada uno mientras lo visitaba cuando sus militares estaban listos para invadir Ucrania. Alberto Fernández llegó a ofrecer su gobierno argentino como la ‘puerta de entrada’ de Rusia en América Latina”.

También incluyó al gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador, quien calificó de “inmoral” la ayuda militar de la OTAN a Ucrania para combatir la agresión rusa. El investigador criticó que hasta la fecha ningún gobierno de la región haya proporcionado colaboración militar a Kiev.

Aunque reconoció que las acciones de Rusia en el hemisferio occidental “son graves y peligrosas”, Ellis sostuvo que a corto plazo tienen un “alcance limitado”. Según indicó, “parecen diseñadas para intimidar a Estados Unidos y para compensar el aislamiento político y económico internacional de Rusia provocado por su invasión a Ucrania”.

Es importante reconocer que Rusia es una potencia armada nuclear que ha demostrado su voluntad de invadir y destruir deliberadamente un país democrático. Tiene un líder antiestadounidense de dudosa estabilidad mental que, como hemos visto, está desplegando fuerzas militares cerca de nuestras costas y llevando a cabo operaciones de información y otros compromisos para desestabilizar a las democracias amigas de Estados Unidos en la región”, añadió en su exposición ante la Subcomisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.

Cómo hacer frente a la amenaza rusa

Además de detallar la influencia rusa en la región, Ellis también planteó cómo contener las actividades de Moscú en el hemisferio occidental. Para ello, recomendó una estrategia que aborde al menos cuatro áreas: “Una mayor inteligencia para identificar y anticiparse a los movimientos rusos a corto plazo; mayor contención de los regímenes antiestadounidenses; ayuda a los gobiernos en transición para evitar vías antidemocráticas; y recursos adicionales y flexibilidad normativa para el compromiso de defensa de Estados Unidos en la región”.

En esa línea, consideró que la forma más eficaz de que Washington limite la capacidad de acción de Rusia es “limitar la capacidad de los regímenes autoritarios, y restringir su capacidad para extender los proyectos antidemocráticos y la inestabilidad a otros países de la región”.

En el marco de esa estrategia, el experto sostuvo que Estados Unidos debe mantener las políticas de sanciones internacionales, y reforzar la asistencia en materia de seguridad a países vecinos de esas dictaduras: “Esto incluye a Colombia, que como hemos visto, se ve amenazada por la presencia de Rusia tanto en el estado fronterizo venezolano de Apure, como por el apoyo marítimo de Rusia a Nicaragua que amenaza las aguas alrededor de la isla colombiana de San Andrés”.

Este apoyo envía un fuerte mensaje a estos socios democráticos de Estados Unidos, y a otros, de que Estados Unidos está con ellos, y con otras democracias contra las iniciativas respaldadas por Rusia que amenazan la región”, concluyó Ellis.

*Infobae