1. Faltan 138 días para la elección presidencial en Estados Unidos (3 de noviembre), con el manejo político de la pandemia del coronavirus, la crisis económica que generó y ahora el gran debate sobre el racismo sistémico definiendo la coyuntura, todo de aquí en adelante se mide en términos electorales por la cúpula política del país. Los dos candidatos presidenciales están tratando de buscar la manera de abordar una coyuntura política sin precedente, para la cual ninguno de los dos tiene respuestas.
2. A partir de la sistemática pérdida de oportunidades y acceso a elementos satisfactores (en un país regido por el consumo), la clase media que una generación antes, en la época de la posguerra, había alcanzado eso que llaman el “american dream”, hoy ve cómo los empleos escasean, pagan mal, no tienen vivienda, se incrementa la pobreza, mientras la vida que tenían sus padres se vuelve impagable.
3. Entonces aparece en escena la retórica racista, chauvinista, el muro, el miedo, el prejuicio. Una línea invisible separa a ciudadanos iguales ante la ley, pero diferentes ante la policía.
4. Este caldo de cultivo social tuvo, además, meses de confinamiento y pánico por el coronavirus. Estados Unidos ha perdido cerca de 45 millones de empleos en apenas unos meses, muchos de ellos empleos de afroestadunidenses y latinos. El asesinato de George Floyd, quien imploraba no puedo respirar a un policía blanco, fue la gota que derramó el vaso.
5. ¿El imponderable del asesinato de George Floyd se convertirá en un factor determinante para la elección presidencial de noviembre 2020? Donald Trump tenía prácticamente la reelección en la bolsa. El coronavirus y George Floyd le arrebataron esa certeza. Por ahora, la apuesta parece ser que Biden, pero por el voto anti-Trump.
6. Hasta el 16 de junio, Estados Unidos cuenta con más de 115 mil muertos por la pandemia y más de 2 millones de personas infectadas, cerca de media docena de estados, que incluye Texas y Arizona, lidian con un aumento de pacientes en los hospitales, que avivan el temor a que la reapertura de la economía pueda desencadenar una segunda ola de infecciones.
7. Joe Biden, ha salido poco, guardando una especie de cuarentena parcial, y algunos sospechan que su invisibilidad es calculada, mientras su contrincante está en apuros por las crisis que ha creado sin que se requiera la presencia del demócrata.
8. A favor de Trump juega la fragilidad de los demócratas, adicionalmente de un candidato poco carismático y, hasta hoy, poco efectivo en sus estrategias mediáticas. Como se leía en una de las pancartas de las protestas con claro destinatario a Joe Biden, “no ser Trump no es suficiente”.
9. El camino a noviembre 2020 será dramático y de pronóstico reservado. Lo que suceda definirá en mucho las políticas y decisiones hacia Nicaragua con repercusiones en los próximos años. No olvidemos que todas las sanciones norteamericanas que se han tomado, desde 2016 a la fecha, tuvieron que ver con la irrupción de Trump en la escena política norteamericana.