Destacados / Nacionales · 21/04/2023

Familiares de Olesia Muñoz, otra vez secuestrada por el régimen, preocupados por su salud

*Por Voces Unidas

Este jueves 20 de abril, cumplió 15 días detenida. No la acusan, ni la dejan libre. Familiares dicen que se encuentra en una delegación policial de Managua. 

Los meses de cárcel que sufrió Olesia Muñoz, durante su primera detención de parte del régimen Ortega-Murillo, causaron estragos a su salud. La falta de atención oportuna, la ansiedad y el estrés que padeció por el cautiverio, la llevaron a desarrollar diabetes.

El jueves Santo, en horas del mediodía, Muñoz alistaba sus equipos musicales para ir a cantar la misa del inicio del triduo pascual en la parroquia San Pedro del municipio de Diriá, departamento de Granada, cuando escuchó tocar la puerta de su casa. Al salir, se percató que estaban dos patrullas policiales repletas de fuerzas antidisturbios. 

Uno de los agentes, le pidió que la acompañara para ir a brindar unas declaraciones, sin precisar el tema, ni conocer si era imputada o involucrada en algún caso concreto. Claro que presentía que la citatoria era un asunto político, pero como estaba alejada de todo activismo debido a su enfermedad, fue sin resistencia.

Desde ese día, sus familiares reviven el calvario que habían vivido desde el 2018, cuando permaneció presa cerca de un año en las celdas de  “El Chipote” y del sistema penitenciario La Esperanza, tras ser condenada por presuntos  actos “terroristas” que no le probaron. Muñoz sí se había manifestado como miles de nicaragüenses contra la dictadura en las protestas sociales del 2018. 

Cuando Muñoz fue liberada, se integró al servicio de parroquia Santa Ana de su pueblo natal Niquinohomo, donde en los primeros meses a raíz de su liberación, fue asediada, pero nunca optó por exiliarse. 

Desconocen paradero 

En este segundo secuestro que padece Muñoz, sus familiares viven la misma angustia a la que estuvieron sometidas en el 2018, con la diferencia de que ahora desconocen las razones de su detención, su estado de salud, si ha sido acusada o no, o cuándo será puesta en libertad. 

Olesia Muñoz no mantenía ninguna actividad política, estaba dedicada al servicio de la iglesia con su canto gracias a la voz que Dios le regaló. También trabajaba en el comercio, como herencia de nuestros padres, quienes nos enseñaron a ganarnos el pan de manera digna y por eso no entendemos por qué la volvieron a encarcelar”, resaltó un familiar.  

Demandan conocer su estado de salud  

Luego de varios días de zozobra y angustia al recorrer las delegaciones policiales de Masaya e ir a las celdas de “El Chopite” los familiares de la soprano se enteraron que permanecía retenida en las celdas del Distrito III de la delegación policial de Managua, pero aún siguen sin poder conversar con ella, para conocer su estado de salud. 

Nos preocupa su salud porque a veces ella se descompensa por su diabetes y tiene que tener sus medicamentos y asistencia médica, rogamos a Dios que pronto termine este nuevo calvario”, indicó otro familiar. 

En esas celdas también permanecen retenidos  varios de los presos políticos que fueron secuestrados durante la Semana Santa, como el periodista Víctor Ticay corresponsal de Canal 10 en el municipio de Nandaime, al igual que los  ciudadanos Jimmy Bonilla y Emmanuel Gutiérrez, luego de participar de una actividad religiosa de la parroquia Santa Ana, de ese mismo municipio del departamento de Granada. 

Cuando exigimos a las autoridades policiales que queremos ver a nuestros familiares, nos dicen que debemos tener una autorización de Auxilio Judicial, pero sabemos que es una táctica dilatoria. No sabemos el estado físico de los detenidos”, se quejó otro familiar de uno de los presos.   

Visitar a un preso político en una delegación policial de Managua, incurre en un mayor gasto económico, para una familia que vive en los departamentos, por los precios del pasaje y los víveres que tienen que alistar para su alimentación.

La mayor parte de los familiares de los detenidos son personas humildes, de escasos recursos económicos y viajar de manera frecuente a la ciudad capital representa “un dolor de cabeza” por el costo. Lo peor es que al llegar a la delegación, se encuentran con la desilusión de no poder verlos.

Muchos amigos y familiares tienen la intención de visitar nuestras casas, para darnos muestras de solidaridad y apoyo, pero no lo hacen por temor a tener represalias. Esperamos que pronto termine esta angustia que solo nos provoca ansiedad, porque no sabemos cuándo volverán a tener libertad”, dijo un pariente de otro detenido.