Familiares de la activista feminista Tamara Dávila, denunciaron este lunes a través de un retrato hablado las condiciones físicas que presenta la presa política de 41 años, tras un año de aislamiento en la cárcel policía ‘El Chipote’.
Tamara no ha podido ver ni comunicarse de ninguna forma con su pequeña hija y ha recibido solamente ocho visitas de sus familiares en un año de encierro, tampoco ha tenido ninguna reunión con su abogada.
“Tamara Dávila lleva 1 año en total aislamiento en las celdas del Chipote, sin poder ver una foto o un dibujo de su hija de 6 años”, indicó la campaña ‘Sé Humano’.
La imagen de Tamara muestra la delgadez de su cuerpo y rostro, pronunciadas ojeras y un color amarillo en su piel por la falta de sol.
Los Familiares de Tamara aseguran que más allá del dolor que atraviesa, sigue fuerte y digna, y no tiene rastro de odio. Está lúcida y clara de lo que vive.
“Durante este año de incomunicación ha entrenado su mente para seguir cuerda y centrada, medita, reza, canta y escribe cuentos para su hija en la cabeza, a falta de lápiz y papel para los que no tiene acceso”, comentaron.
Sé Humano alertó que las condiciones en las que se encuentran las personas presas políticas pone en riesgo su vida, y urgió a que los muestren públicamente.
Dávila, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y activista feminista fue condenada a 8 años de prisión por el supuesto delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, el pasado mes de febrero.