Internacionales · 10/12/2020

Fraude sobre el fraude en Venezuela: el insólito caso de dos diputados que perdieron, pero fueron electos igual

A cuatro días de las escandalosas elecciones legislativas en Venezuela, que no contaron con participación opositora y que fueron consideradas fraudulentas por la gran mayoría de los países del continente americano y de Europa, el Consejo Nacional Electoral (CNE) logró algo inédito: hacer un fraude sobre el fraude del domingo. ¿Cómo? Apelando a insólitos artilugios, anunció que dos diputados que no habían conseguido los votos suficientes para ser electos lograron entrar a la Asamblea Nacional.

Los opositores al régimen de Nicolás Maduro que actualmente controlan el Parlamento, liderados por Juan Guaidó, no acudieron a estas elecciones por considerarlas una farsa que buscaba legitimar a la dictadura y darle el control del único poder del Estado que aún no estaba en sus manos. No obstante, como el chavismo necesitaba generar la apariencia de una competencia real, creó una oposición artificial y la invitó a participar del proceso electoral.

El domingo estuvieron presentes las tarjetas de algunos de los partidos más importantes de la oposición. Pero claro, previamente habían sido intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que desplazó a sus verdaderos líderes y nombró directivas compuestas por dirigentes que, sin ser militantes del partido de gobierno, venían mostrando una creciente afinidad.

Son dos destacados representantes de esta oposición manufacturada quienes compitieron en los comicios, perdieron, pero igualmente serán legisladores de la nueva Asamblea Nacional, creada a la medida del chavismo. Como no sumaron los votos necesarios, el CNE anunció este miércoles que fueron elegidos por modalidades distintas a aquellas por las que se postularon.

Uno de ellos es el diputado Luis Parra, que el chavismo trató de imponer como presidente del Parlamento en enero, en un burdo intento de impedir la reelección de Guaidó con el apoyo de una pequeña franja de legisladores que habían abandonado las filas opositoras al régimen. Si bien compitió por la lista regional de Yaracuy, el estado occidental del que es oriundo, misteriosamente apareció ahora electo como si hubiera sido candidato por la llamada “lista nacional”.

El otro caso lo protagoniza Timoteo Zambrano, líder de la formación Cambiemos, quien compitió en las votaciones respaldado únicamente por su partido y no consiguió los votos suficientes para la victoria. Sin embargo, el CNE informó que gracias a una alianza partidista anunciada después de las elecciones, con los resultados ya conocidos, el dirigente había obtenido un escaño.

Timoteo Zambrano

Zambrano y Parra habían sido dos de los principales políticos señalados por la oposición de ser colaboracionistas del chavismo y de mantener acuerdos en secreto con el Gobierno a cambio de beneficios políticos y económicos. Los anuncios de las últimas horas parecen confirmar las peores sospechas.

El último boletín del CNE, publicado luego de las 17.00 hora local (21.00 GMT) del miércoles, ubica el total de votos contados en 6.227.690, lo que representa apenas el 30% del total del padrón electoral de 20,7 millones de venezolanos. Una muestra de la contundente falta de respaldo de la ciudadanía al proceso electoral, incluso a pesar de las amenazas realizadas por el régimen, que anunció una y otra vez que quien no votara se iba a quedar sin la ayuda alimentaria indispensable para sobrevivir en un país con la gran mayoría de la población hundida en la miseria.

Según el reporte del CNE, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo 253 bancas, mientras que las formaciones “opositoras” Acción Democrática (AD) y Primero Venezuela (PV) se hicieron con 11 y dos escaños, respectivamente. Los otros diputados obtenidos por la oposición ficticia fueron tres para Avanzada Progresista (AP), tres para El Cambio, una para el partido socialcristiano COPEI y otra para el Partido Comunista (PCV).

De esta manera, el chavismo consuma su ambición de volver a dominar el Parlamento, apelando a los únicos medios de los que dispone: el fraude y la violencia. Cinco años atrás, en la última elección verdaderamente competitiva que se celebró en el país, había obtenido apenas el 32,9% de la Asamblea Nacional. Ahora, con 1.300.000 votos menos que en 2015, se ha hecho con el control del 91% de la cámara.

*Con información de EFE