Destacados / Nacionales · 08/11/2022

Impunidad y dolor a 11 años de la masacre de ‘El Carrizo’ en San José de Cusmapa

*Por Voces en Libertad

Fue la madrugada del 8 de noviembre del 2011, durante unas elecciones en que fanáticos orteguitas armados asesinaron a tres miembros de una familia indígena

11 años se cumplen hoy martes de que dirigentes sandinistas armados llegaron a la medianoche del 8 de noviembre del 2011, hasta la profundidad de la comunidad indígena El Carrizo, zona distante a diez kilómetros del poblado del municipio de San José de Cusmapa, en el departamento de Madriz, a tratar de silenciar las voces críticas en contra del régimen Ortega Murillo y terminaron asesinando a tres miembros de una humilde familia campesina.

Esa masacre criminal del sandinismo violento se cobró la vida de don Mercedes Torres Pérez, quien en ese entonces tenía 65 años, y de sus dos hijos Elmer Liborio, de entonces 39, y Josué Sael, quien tenía de 23, además, dejó heridos a otros dos hijos más de don Mercedes, José Amílcar y José Moisés, y a varios sobrevivientes de esa familia que vieron sus vidas en peligro, entre ellos 12 niños y niñas y tres mujeres, una de ellas, doña Irinea Mejía Cruz, quien falleció años después el 5 de septiembre del 2020, y quien en vida era la esposa de don Mercedes.   

El ataque armado fue organizado en una cantina por el entonces Secretario Político del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el municipio indígena de San José de Cusmapa, José de Jesús (Jersan) Herrera Zepeda, y de quien era el delegado del Consejo Electoral Municipal (CEM) de esa localidad, Eusebio Cruz Montenegro, ambos dirigieron a un grupo de fanáticos orteguistas y agentes policiales permanentes y voluntarios que armados todos y a bordo de vehículos del Estado se adentraron a la medianoche del 7 de noviembre hasta la profundidad de la comunidad indígena El Carrizo, donde ya al amanecer atacaron a la familia Torrez Cruz.

La familia no tuvo tiempo de huir porque a esa hora dormían en su humilde vivienda y los que intentaron defenderse terminaron cayendo abatidos por balas de escopetas, fusiles AK, pistolas y revólveres que portaban los agresores sandinistas que se mostraban indignados porque su principal víctima, don Mercedes Torres Pérez, había liderado la mañana del 7 de noviembre una protesta frente a las oficinas del Consejo Electoral Municipal (CEM) del poblado de Cusmapa para exigir la entrega de más de 280 cédulas que reclamaban los comunitarios de El Carrizo, una zona donde sus más de 800 habitantes eran liberales opositores.    

Ridícula condena de tres años y medio de cárcel

El juez de la causa, Erick Laguna Averruz, el mismo judicial que condenó a un año de cárcel al trabajador de la alcaldía estiliana, Abner Rugama, acusado de matar, el 19 de Julio del 2020, de un balazo en la cabeza a Jorge Rugama Rizo, por gritar ¡Viva Nicaragua Libre! en una de las calles del municipio de La Trinidad, zona del departamento de Estelí, los condenó únicamente a tres años y medio de cárcel a Eusebio Cruz Montenegro, José de Jesús (Jersan) Herrera Zepeda y cuatro policías voluntarios, además del entonces Subcomisionado Elvin de Jesús López, en ese entonces jefe de la delegación policial del municipio de San José de Cusmapa.

Todos los condenados cumplieron sólo tres años en una celda de la delegación policial de Somoto, cabecera del departamento de Madriz, con buenas condiciones carcelarias, ya que contaron con los tres tiempos de comidas calientes que les llevaban sus familiares, visitas diarias y permisos de salir a pasar el fin de semana a sus casas. Ahora José de Jesús (Jersan) Herrera Zepeda es pastor evangélico, Eusebio Cruz Montenegro, ha vuelto a ocupar cargos en el CEM de Cusmapa y el ex subcomisionado Elvin de Jesús López, es abogado en la ciudad de Somoto.

Recuerdan masacre indígena y ausencia de doña Irinea

Este martes, José Amílcar y José Moisés, sobrevivientes de la masacre sandinista en contra de su padre Mercedes Torres Pérez y sus dos hermanos Elmer Liborio y Josué Sael, conmemoran los 11 años de ese sangriento hecho con una misa en una pequeña parroquia católica ubicada frente a la casa en la comunidad indígena de El Carrizo, donde por segundo año consecutivo estará ausente doña Irinea Mejía Cruz, quien por varios años lideró la denuncia y demandó justicia por la masacre que fueron víctimas su esposo y dos de sus hijos.  

“Estaremos recordando la muerte hace once años de mi padre Mercedes Torres Pérez y de nuestros dos hermanos Elmer Liborio y Josué Sael”, dijeron ambos sobrevivientes de aquella masacre ocurrida dos días después de las elecciones municipales del 6 de noviembre del 2011, mientras eran consultados vía celular. 

Irinea Mejía Cruz (q.e.p.d.)

“Ese dolor lo guardamos aquí adentro de nuestros corazones, porque tampoco tenemos ya con nosotros a nuestra madre (doña Irinea) que falleció en el 2020”, recordó José Moisés, mientras colocaba este lunes velas encendidas cerca de unos cuadros con las fotos de su padre Mercedes Torres Pérez y sus dos hermanos Elmer Liborio y Josué Sael, además de su madre ya fallecida por problemas crónicos. 

En esa humilde familia campesina quedaron en la orfandad 12 niños y niñas, que antes del fallecimiento de doña Irinea recibían una ayuda mensual de cinco mil córdobas y paquetes alimenticios que habían aprobado hace seis años los diputados orteguistas de la Asamblea Nacional que quisieron enmendar los graves errores de sus violentos fanáticos sandinistas, pero que ya dejaron de brindar y hasta la promesa de ayudarles a realizar mejoras de la vivienda de las víctimas quedó únicamente en promesas.