El papa Francisco pidió el miércoles 4 de octubre a los líderes católicos que, dejen de lado la política, al inaugurar en la Plaza de San Pedro al inicio de la primera reunión mundial en cuatro años de líderes de la Iglesia, o sínodo.
El papa dijo que los obispos deben evitar “estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”.
“No estamos aquí para llevar a cabo una reunión parlamentaria o un plan de reforma”, dijo en la homilía de la misa, a la que, según el Vaticano, asistió una multitud de 25.000 personas.
El sínodo no pretende “apartarse del patrimonio sagrado de la verdad recibida de los padres”, dijo. Pero la Iglesia debe evitar convertirse en “una rígida, que se arma contra el mundo y mira hacia atrás” o en “una tibia, que se rinde a las modas del mundo”.
Las puertas de la Iglesia deben estar “abiertas a todos, a todos, a todos”, añadió.
INVOLUCRARSE EN POLÍTICA AUNQUE SEA “DEMASIADO SUCIA”
En junio de 2017, el Papa Francisco declaró que es un deber, una obligación del cristiano, involucrarse en la política aunque sea “demasiado sucia” porque al estar en ese ámbito se puede trabajar por el bien común.
Sobre el tema de la participación de los laicos en la esfera pública, el Papa explicó que “involucrarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilato, lavarnos las manos: No podemos”.
En octubre de 2015, Francisco declaró que “involucrarse en la política es una obligación para un cristiano, porque ésta es la más alta forma de caridad porque busca el bien común por tanto, trabajar para el bien común es un deber para un cristiano y a veces el camino es la política”.
En enero de 2019, el papa Francisco aseguró que “la política no está reservada solo a los gobernantes” durante la primera bendición del Angelus en el Vaticano.
“No pensamos que la política esté reservada solo a los gobernantes”, declaró el papa en el primer día del año.