Opinión / Ensayos · 01/06/2021

La cacería contra opositores y periodistas crece en Nicaragua. La comunidad internacional debe actuar

*Por Dánae Vílchez, periodista nicaragüense | Washington Post

El 20 de mayo, la Policía de Nicaragua allanó por tercera vez —lo hizo antes en 2008 y 2018— las oficinas del medio digital Confidencial y de los programas de televisión Esta Semana y Esta Noche, todos dirigidos por el periodista Carlos F. Chamorro, recientemente galardonado con el Premio Ortega y Gasset a la trayectoria periodística y considerado el periodista más prestigioso del país.

Ese día no solamente se llevaron los equipos de la sala de redacción y ocuparon la oficina, también secuestraron al camarógrafo Leonel Gutiérrez por siete horas. Hasta el 31 de mayo, las autoridades nicaragüenses no habían esclarecido las razones detrás del allanamiento.

Recibe noticias y columnas de opinión en español en nuestro boletín

Lo único que se ha logrado comprobar es que su acción está encaminada a vincular a estos medios de comunicación a una investigación por supuesto lavado de dinero en contra de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), una organización que cerró por no querer adherirse a una ley recién aprobada que criminaliza a quienes reciben fondos de cooperación desde el exterior.

Este organismo trabajaba por la profesionalización de los medios de comunicación y era dirigido por Cristiana Chamorro, ahora candidata presidencial en las elecciones del 7 de noviembre y hermana del director de Confidencial.

Al menos a 14 periodistas de todo el país les han citado para testificar en la Fiscalía nicaragüense por el caso de supuesto lavado de dinero y les han sometido a burdos interrogatorios con el fin de intimidarles. En las entrevistas se les preguntó sobre sus proyectos con la FVBCH y sobre el origen de los fondos de cooperación, que está ampliamente documentado provienen de USAID.

Además de criminalizar la cooperación internacional, el verdadero propósito del gobierno del presidente Daniel Ortega es inhibir la candidatura presidencial de Chamorro —quien según las encuestas es la candidata opositora puntera— y en el camino, imponer miedo y autocensura a la prensa independiente.

El 20 de mayo, la Policía de Nicaragua allanó por tercera vez —lo hizo antes en 2008 y 2018— las oficinas del medio digital Confidencial y de los programas de televisión Esta Semana y Esta Noche, todos dirigidos por el periodista Carlos F. Chamorro, recientemente galardonado con el Premio Ortega y Gasset a la trayectoria periodística y considerado el periodista más prestigioso del país.

Ese día no solamente se llevaron los equipos de la sala de redacción y ocuparon la oficina, también secuestraron al camarógrafo Leonel Gutiérrez por siete horas. Hasta el 31 de mayo, las autoridades nicaragüenses no habían esclarecido las razones detrás del allanamiento.

Recibe noticias y columnas de opinión en español en nuestro boletín

Lo único que se ha logrado comprobar es que su acción está encaminada a vincular a estos medios de comunicación a una investigación por supuesto lavado de dinero en contra de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), una organización que cerró por no querer adherirse a una ley recién aprobada que criminaliza a quienes reciben fondos de cooperación desde el exterior.

Este organismo trabajaba por la profesionalización de los medios de comunicación y era dirigido por Cristiana Chamorro, ahora candidata presidencial en las elecciones del 7 de noviembre y hermana del director de Confidencial.

Al menos a 14 periodistas de todo el país les han citado para testificar en la Fiscalía nicaragüense por el caso de supuesto lavado de dinero y les han sometido a burdos interrogatorios con el fin de intimidarles. En las entrevistas se les preguntó sobre sus proyectos con la FVBCH y sobre el origen de los fondos de cooperación, que está ampliamente documentado provienen de USAID.

Además de criminalizar la cooperación internacional, el verdadero propósito del gobierno del presidente Daniel Ortega es inhibir la candidatura presidencial de Chamorro —quien según las encuestas es la candidata opositora puntera— y en el camino, imponer miedo y autocensura a la prensa independiente.