Opinión / Ensayos · 01/02/2021

La economía 2021: leve mejoría, horizonte oscuro

*Oscar-René Vargas | 01 de febrero de 2021.

No tenemos ningún dogma, partimos del análisis de los datos duros para acercarnos a la realidad para que la gente piense, para que la gente lo entienda.

1.        Nicaragua se ha salvado de entrar en una fase de depresión económica consolidada, todo indica que la economía será positiva en el 2021. Esta leve recuperación económica y sus efectos no benefician a las familias vulnerables, excluidas del mercado del consumo y eso repercute en la generación de empleos y el nivel de vida de la población. El excedente económico lo recibe el uno por ciento de la población.

2.        La perspectiva del mercado laboral va tener una tímida mejoría. En Nicaragua hay más de 800 mil personas que han perdido su puesto de trabajo o no han logrado incorporarse, por primera vez, al mercado de trabajo. La estrategia ha sido mantener los bajos salarios y la precarización laboral, ya que la precarización conduce a las personas al miedo y alejarse de la política cotidiana.

3.        Estamos frente a un balance grave o por lo menos duro por las consecuencias negativas de los tres años de recesión (2018-2020) y de la aparición de la pandemia. Es evidente que 2018-2020 fueron años pésimos. Y también es evidente que los leves datos positivos previstos para el 2021 no pueden inducir al optimismo.

4.        La ligera brisa económica favorable, producto de los préstamos de los organismos financieros internacionales, no pueden inducir al optimismo ni tampoco despeja la oscura tormenta que persiste en el 77.2 por ciento de la población nicaragüense. Es razonable pensar que queda por delante un año de graves sufrimientos sociales por la persistencia de las cinco crisis en el escenario nacional. El final del túnel no está cerca.

5.        La dictadura ha contaminado al adversario, dinamitando su lucha. Al limitar la oposición sus demandas al tema electoral la empobrecen, al limitarla favorece al dictador. Sectores de la oposición juvenil han abrazado esa estrategia. El centro político de la oposición se movió hacia la derecha. La justicia, la igualdad y la democracia eran el centro político de abril 2018, el cual ha evolucionado hacia la lucha electoral; es decir se ha perdido el centro político de abril 2018, dando paso a que los poderes fácticos pactistas marquen el nuevo centro político.

6.        El orteguismo al controlar todo el aparato del Estado (legislativo, judicial, electoral, ejército, policía, sindicatos, municipal, etcétera) comienza a presentar grietas por haberse sobre extendido. Las rupturas serán difíciles, las fisuras se abren y el “statu quo” está cuestionado por una parte de su base. Las facciones con poder no están inmóviles; todas las huestes de una u otra manera están defendiendo sus intereses. Lo que le preocupa al orteguismo es mantener el sistema contenido y tiene miedo a la implosión del régimen. Posiblemente el régimen sucumbirá del éxito, ya que se ha fosilizado.

7.        Entre el 2007 al 2017 el dinero venezolano corrió de manera inmensurable, había una especie de “el dorado”. El dinero se esfumó a través del fraude fiscal pavoroso, del patrimonio público saqueado, del despilfarro en gastos suntuarios, en la dilapidación en compra de tanques militares, en pagar deudas ilegítimas como CENIS y la quiebra de los bancos; factores que impidieron se hiciera una inversión productiva en la transformación de la pequeña y mediana industria y en mejorar el hato de los pequeños y medianos ganaderos que son la mayoría.

8.        Esperar que Ortega no continúe la represión, es una locura. Él prioriza la confrontación, es parte de su identidad política, el sistema dictatorial no puede cambiar porque pierde. Incluso mantiene la represión para ocultar su incompetencia. Los datos indican que no hay salida democrática con la dictadura en el poder. Sin embargo, el viejo régimen no ha fenecido y la nueva sociedad no ha nacido; precisamente, en este período, hemos visto nacer los monstruos políticos con los policías y los paramilitares a la cabeza.

9.        Hay que luchar contra la desigualdad, pero sin practicar ese igualitarismo uniformado que es una contra utopía. El papel del Estado y las políticas públicas son insustituible para corregir la tendencia del mercado de concentración de la riqueza en las manos de unos pocos. La desmedida ambición presidencialista nos indica que sobrevive un pequeño ingrediente del “Síndrome de Pedrarias.

10.      Todos los poderes fácticos tienen miedo a un nuevo tsunami social, principalmente Ortega y gran capital tienen el temor que al caer la dictadura salgan a luz los negocios turbios y extraños que han permitido su enriquecimiento acelerado e inexplicable, por eso están a favor de la “salida al suave”, para que nada cambie. El gran capital y el orteguismo están obligados a entenderse, ya que son como los dos bueyes uncidos a la yunta de una misma carreta.

11.      Es decir, el orteguismo necesita del gran capital como el gran capital necesita del orteguismo porque son las dos caras de la misma moneda. El partido CxL aspira ser reconocido como el complemento necesario de esa yunta en el nuevo pacto. La época de construir una sociedad de poder unipolar y centralizado ha terminado.

12.      El régimen se mantiene por el apoyo de las organizaciones militares, policiales y paramilitares, aunque conserva un cierto consenso de una parte de la población, goza de la complicidad de los poderes del estado (legislativo, judicial, electoral) y del apoyo condicionado del poder económico (banqueros + gran capital).

13.      Mientras haya desigualdades existe espacio para elaborar estrategias alternativas para gobernar y transformar la sociedad. El reto del movimiento de abril 2018, como fuerza política, es tener una alternativa política con una estrategia de poder. Para ser alternativa política necesita tener una estrategia de poder, ya que una fuerza política sin estrategia de poder, siempre pierde.

14.      No podemos olvidar que la verdad y las ideas, sin una correlación de fuerzas de poder favorable son como hojas, que se las lleva el viento.