Opinión / Ensayos · 07/02/2023

La insolente e insólita propuesta del diario La Prensa

La unidad de la sociedad nicaragüense es necesaria y apremiante; necesaria, para seguir resistiendo las crecientes condiciones represivas que la dictadura sandinista ha impuesto en la cotidianidad de la vida nacional, y apremiante, para prepararse y evitar que se repitan los tristes capítulos de impunidad del que gozaron las dos anteriores dictaduras (somocista y sandinista), y que al final, dicha impunidad ha creado las condiciones para permitir que Ortega, su banda criminal y sus asociados oligarcas, crean que pueden reeditar un “más de lo mismo”; la argumentación anterior es cansina, repetitiva, falta de imaginación…un tedioso cliché, el cual estamos hartos de desenfundar, cada vez que queremos argumentar, creemos nosotros sólidamente, por qué la dictadura debe ser proscrita de una vez por todas.

El editorial del diario La Prensa, del pasado 30 de enero, nos obliga a repetir el gastado argumento antes mencionado, en respuesta a la candorosa, inocente y aparentemente lógica propuesta de unas futuras elecciones con la participación, y cito textualmente semejante esperpento emitido por la venenosa pluma de dicho diario, “del caudillo sandinista, o su esposa, o cualquiera de sus hijos”, es decir, La Prensa nos está lanzando inconsultamente a unas elecciones con la participación de una banda de voraces e inescrupulosos capitalistas salvajes, acusados de crímenes de lesa humanidad; pero además dicho editorial trata de confundir a sus lectores, porque al aceptar unas elecciones con la participación de Ortega o cualquiera de sus secuaces, sería borrar automáticamente el extenso listado de acusaciones que debe enfrentar una vez pierda su condición de dictador, y así perdería Nicaragua la oportunidad de redimir la tragedia y el dolor que ha sufrido el pueblo nicaragüense, principalmente aquellos que perdieron familiares bajo las balas de los cuerpos armados, formales e informales, del régimen.

Tampoco hay que olvidar el comportamiento de Ortega, después de haber perdido las elecciones de 1989, cuando conformó una banda delincuencial que no permitió que ninguna de las tres administraciones que le sucedieron tomaran decisión alguna sin su aprobación, incluyendo las nefastas medidas económicas neoliberales del llamado Consenso de Washington; el escenario ideal planteado por La Prensa, nos conduce a pensar que nos veremos obligados a ser eternos rehenes del sandinismo, y su intención de convertirnos en plataforma desestabilizadora al servicio de China, Rusia e Irán. Pero también es evidente que con la fortuna acumulada por Ortega, y su amplia experiencia asociativa con los poderosos grupos económicos que controlan segmentos estratégicos de la economía nacional, aún desde la oposición, estaría en condiciones de seguir haciendo de las suyas y alimentar la continuidad del pernicioso modelo de distribución del ingreso, así como evitar cualquier cambio estructural que signifique la ruptura del desequilibrado sistema socioeconómico imperante desde el siglo pasado.

De momento no queda más que seguir resistiendo en silencio, pero también atentos a las maniobras dictatoriales que día a día profundizan su desmoronamiento interno; las presiones externas, la unidad de la diáspora, la resistencia interna y el fracaso del modelo económico, son elementos que tarde o temprano desembocarán en las condiciones necesarias para el colapso total del régimen; lo que no debemos considerar es la participación de la dictadura en proceso electoral alguno, y así evitar la legitimidad de sus múltiples crímenes.

Ezequiel Molina

Febrero 7, 2023