Opinión / Ensayos · 28/10/2022

La mentira como instrumento político

*Por Oscar René Vargas / 28 de octubre de 2022

La mentira es un instrumento utilizado por la dictadura para manipular a la opinión pública. En una atmósfera de desilusión política y decadencia moral, la mentira y la manipulación se han transformado en una herramienta importante y recurrente para la dictadura.

Ortega quiere manipular a los ciudadanos de “a pie” como si fueran una cosa que puede controlar. En las condiciones sociopolíticas actuales, la manipulación y la mentira es una característica del dictador. La mentira se ha convertido en una parte inseparable de su ser y se ha convertido, en parte, de su personalidad.

Producto del empobrecimiento de la población la desigualdad social y económica ha aumentado y la movilidad social se ha estancado o retrocedido. La posibilidad para muchas personas de salir adelante ha disminuido. Por esa razón optan por emigrar en busca de mejores condiciones de vida.

El incremento de la descomposición socioeconómica ha generado muchas dificultades en materia de salud, empleo, habitacional, y educación, justamente por esta mayor desigualdad se ha generado desafección/aversión en relación con la dictadura Ortega-Murillo entre sectores de las clases medias, trabajadoras empobrecidas y personas afines a la dictadura con lo cual se sigue produciendo el proceso de implosión dentro de las filas del orteguismo.

Ortega utiliza la manipulación y la mentira cuando quiere ocultar o suavizar un problema social, la migración. Recurre a la mentira cuando no puede resolver las causas del fenómeno migratorio. Es decir, trata de ocultar los verdaderos problemas que lo origina: pobreza, desempleo, bajos salarios, hambre, falta de oportunidades y represión. Entonces, recurre a culpar a un factor externo (en este caso EEUU) para no reconocer el fracaso de su régimen.

En la época de crisis sociopolítica, como la actual, cuando las contradicciones sociopolíticas y económicas se han exacerbado como nunca, el dictador recurre a la mentira como instrumento para desmovilizar y despolitizar a los ciudadanos; sin embargo, al final la población termina conociendo la verdad porque la sufren y viven las penurias, dejando de creer en el mentiroso.

El objetivo principal de la mentira es engañar tratar de evitar que se incremente el rechazo a la dictadura y aumente el descontento social existente que se expresa en las demandas multitudinarias de pasaportes, hecho imprevisto que conduzca a un “cisne negro” que provoque su caída.

El problema del mentiroso se presenta cuando ya nadie le cree, entonces su discurso mentiroso en lugar de contrarrestar el descontento social acelera el proceso de implosión interna del régimen, perdiendo legitimidad.