Opinión / Ensayos · 08/05/2023

La nueva tendencia: los secuestros exprés

Más de 1 billón de dólares enviaron los emigrantes en el primer trimestre del presente año, mayoritariamente han huido de la desesperanza provocada por la dictadura durante los últimos cinco años; atendiendo al refrán, “piensa mal, y acertarás”, el ignominioso dúo y sus escuderos expertos en finanzas, han encontrado en la fuga de nicaragüenses una de sus mejores fuentes de ingresos, usamos “mejores”, y no “mayores”, porque además de representar un quinto del Producto Interno Bruto (PIB), – y creciendo-, es una invaluable fuente de alivio al constreñido modelo económico reestructurado por el neoliberalismo sandinista y sus cómplices-beneficiarios: agroexportadores, banqueros y grandes comerciantes.

Un billón de dólares, inyectado a una precaria economía como la nuestra, pareciera no ser mucho, pero el efecto de ese dinero, debe medirse más allá de la fría estadística, un perfil aproximado de la mayoría de los “envía remesas”, pudiera ser, en primer lugar, la mayoría de “fugados” eran sostén clave en la economía de sus familias, en plena edad productiva y con la idea de prosperar a través del trabajo; y en segundo lugar, son personas comprometidas con su núcleo familiar inmediato (esposa, esposo, hijos, padres), a eso debe sumarse que generalmente dejaron una deuda generada por el pago de “coyotes”, o de dinero gastado durante la travesía, o a su llegada al país de destino.

La resultante de las condicionantes descritas, es el constante envío de remesas, y esto pudiera estar alentando las capturas exprés de los últimos días, ¿cuál es la primera idea que se le puede ocurrir a alguien, que siendo adverso al régimen, es llevado a la cárcel y liberado en corto tiempo, bajo la amenaza de ser encarcelado de forma permanente?, ¿se produce un efecto dominó de temor, en los parientes y amigos del capturado, liberado y amenazado?, emigrar, será la respuesta común, y eso significa dólares inyectados a la economía real del país, son los dólares que pagan, o subsidian significativamente, la comida en la mesa, los servicios básicos, el colegio de los niños, los medicamentos, y hasta las cervezas del sábado en el bar del barrio, aparte del beneficio de deshacerse de un enemigo potencial.

Las facilidades otorgadas por el régimen al gran capital, en aras de mantener la oscura alianza expresada con el aberrante silencio de estos últimos, quienes no se pronuncian ante la creciente fuga de mano de obra calificada, la opacidad en los trámites legales de todo tipo, y en general, el desmantelamiento del endeble e inconcluso Estado de Derecho existente a la llegada de Ortega al poder, nos hace llegar a conclusiones que seguramente incomodan a los beneficiarios del sistema; ¿ha notado usted la rigidez al pasar los controles aduaneros al ingresar a Nicaragua?, pagar impuestos o sobornos es la norma, y eso nos lleva a las preguntas, ¿usted cree que los grandes capitalistas pasan las mismas penalidades cuando ingresan al país sus mercancías?, ¿sufren la misma represión, ineficiencia y maltrato estatal que el ciudadano común?, las respuestas son más que evidentes; la inmediatez económica está resultando beneficiosa, pero sus cimientos son de frágil consistencia en el mediano y largo plazo; el gobierno y sus cómplices operan como un ente mafioso, ejerce su fuerza al máximo para sostenerse hoy, porque no sabe que ocurrirá mañana.

Ezequiel Molina

Mayo 8, 2023.