Internacionales · 04/05/2020

La pandemia del COVID-19 es una nueva amenaza para la libertad de prensa

Los periodistas son el “antídoto” contra la pandemia de la desinformación, según lo reconoció la ONU este domingo 3 de mayo en el Día de la Libertad de Prensa. Pero, paradójicamente, para muchos comunicadores la crisis sanitaria también ha traído mayores restricciones de las que normalmente enfrentan e incluso ha llevado a varios periodistas a la cárcel luego de publicar reportajes sobre el COVID-19.

El nuevo informe del Instituto Internacional de Prensa sostiene que la pandemia no solo aceleró los problemas de los periodistas para acceder a la información, sino también la violencia contra quienes informan. Tan solo en dos meses y medio, el organismo registró 162 violaciones a la libertad de prensa relacionadas con el coronavirus, de las cuales más de 50 son amenazas y ataques verbales y físicos contra los periodistas mientras cubrían las novedades sobre el COVID-19.

Es por esto que David Kaye, el relator especial de la ONU para la libertad de opinión y expresión, considera que la pandemia es un “patógeno de represión” para la información, como lo sostuvo en su más reciente informe sobre la libertad de prensa.

Kaye recibió múltiples denuncias de todo el mundo contra policías que están intimidando a los trabajadores de los medios de comunicación y los están interrogando sobre sus coberturas del COVID-19, y contra gobiernos que aprovechan las restricciones que imponen por la pandemia para expulsar a periodistas internacionales. Este es el caso, por ejemplo, de Egipto que le quitó las credenciales a una periodista del diario británico The Guardian porque su reportaje sobre el COVID-19 señalaba que el número de contagios “probablemente” era mayor que el oficial, lo que el gobierno egipcio calificó como una “difamación intencionada y reiterada”.

Lo mismo ocurrió en China, que expulsó a 13 corresponsales de diferentes medios norteamericanos a mediados de marzo; y en Estados Unidos, que un día después de dicha decisión, disminuyó por lo menos en 60 el número de periodistas chinos admitidos dentro del país.

Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, “han utilizado la pandemia como excusa para insultar aún más a periodistas críticos, desacreditar a los medios y socavar la confianza en ellos”, según el informe del Instituto Internacional de Prensa.

En Hungría incluso se aprobó una ley relacionada con el coronavirus que permite encarcelar hasta por cinco años a quienes difundan noticias falsas, algo que Reporteros Sin Fronteras calificó en su más reciente informe como una “forma de coacción completamente desmesurada”.

Mientras que, solo en el último mes, las autoridades turcas han detenido a 12 comunicadores por los reportajes que han publicado sobre el COVID-19, según la Sociedad de Periodistas de Turquía. Después de China, este es el segundo país con más periodistas encarcelados en el mundo, al tener 85 según el Comité para la Protección de Periodistas.

Los reporteros que están tras las rejas durante el COVID-19

Pero el coronavirus no solo ha traído menos credenciales y mayores imposiciones de silencio para la prensa. A algunos periodistas cubrir el COVID -19 los ha llevado a la cárcel, como le ocurrió a Mahmoud al-Jaziri en Bahrein o a Yayesew Shimelis en Etiopía.

En un caso más cercano, 15 policías de Venezuela llegaron a la casa del periodista Darvinson Rojas supuestamente porque una llamada anónima había informado que él estaba contagiado. Las autoridades lo retuvieron durante casi dos semanas desde el 21 de marzo; lo presentaron en secreto ante un juez y, sin que pudiera contactar a su abogado privado y bajo la defensa de uno público, lo acusaron bajo la Ley contra el odio. Además, durante los interrogatorios le preguntaron sobre las fuentes con las que cubría el COVID -19, según la organización venezolana para la libertad de prensa Espacio Público. El Sindicato de Trabajadores de Prensa de Venezuela cree que a Rojas lo retuvieron por un tweet relacionado con la pandemia.

Que los periodistas vayan a prisión precisamente cuando múltiples gobiernos están permitiendo la liberación de presos para evitar una crisis sanitaria a raíz de la pandemia es una de las nuevas preocupaciones contra la libertad de prensa. “En un momento en que los brotes de enfermedades se propagan por los centros de reclusión, queda en evidencia la crueldad de la detención, imponiendo un castigo adicional excesivo que comporta el riesgo de enfermar y de morir”, expresó Kaye el 3 de mayo.

Es por eso que la coalición One Free Press Coalition -que agremia a la mayoría de agencias de prensa y a medios internacionales como CNN, Al Jazeera o DW- pidió la liberación de los periodistas que están encarcelados y cuyas situaciones podrían empeorar durante la expansión del brote. Especialmente, la organización internacional habla de 10 casos urgentes, dentro de los que se incluye al venezolano Darvinson Rojas, a al-Jaziri y a Shimelis.

Esto es tan solo una parte de los 250 comunicadores que están presos, algunos de los cuales están tras las rejas desde hace más de una década, según el Comité para la Protección de Periodistas. La mayoría son acusados de difundir noticias falsas o propagar el odio justo después de que hacen publicaciones que ponen la lupa sobre las acciones oficiales.

La crisis económica por la pandemia pone en riesgo a los medios

Los riesgos para la libertad de prensa no son únicamente prohibir la cobertura de los temas o enviar a prisión a los periodistas. La crisis económica que disparó la pandemia es otro de los factores que ponen en riesgo a los medios, pues el dinero que reciben por publicidad puede disminuir y la recesión puede obligar a cerrar los medios más pequeños e independientes, según advirtió el Instituto Internacional de Prensa.

En Colombia ya se vive este flagelo y ni siquiera empezando por los medios pequeños, sino por emporios mediáticos como el de Publicaciones Semana, que en marzo de este año cerró temporalmente cinco de sus medios argumentando un impacto económico por el coronavirus. Antes del comunicado, Camilo Jiménez, el director de una de las publicaciones afectadas, notificó la decisión a través de su cuenta de Twitter y se despidió de Arcadia, el principal medio cultural del país.

Las nuevas violaciones contra los periodistas en tiempos de pandemia son tantas que Reporteros Sin Fronteras cree que el periodismo entra en una “década decisiva”, pues la emergencia sanitaria amplificó las cinco crisis que ya enfrentaba la libertad de prensa ante la agresividad de modelos autoritarios, la falta de garantías, la polarización, la desconfianza y el empobrecimiento del periodismo de calidad.

Por esto es que en el Día de Libertad de Prensa, múltiples organismos exigieron que los gobiernos permitan un contexto en el que el periodismo de calidad se mantenga durante y después de la pandemia, como lo señalaron en un comunicado cinco asociaciones periodísticas que representan a más de 18.000 medios en Iberoamérica.

De lo contrario, la democracia podría afectarse. “Este trabajo es vital en la actual coyuntura, donde la difusión de desinformación en redes sociales es una amenaza creciente, y la salud de la democracia se pone en peligro en nuestros respectivos países”, dice el comunicado.

*France 24