Opinión / Ensayos · 11/04/2023

La perversión de un sicario del micrófono

Ing. Roberto Samcam Ruiz. Mayor en Retiro.

Con estupor y en pleno Jueves Santo tuvimos el desagrado de ver una entrevista, que, de no ser por el protagonista de esta, hubiera pasado, como todas, en la más absoluta intrascendencia. Estamos hablando de la inquisidora y manipuladora entrevista que un sicario del micrófono, al servicio de inconfesos patrocinadores, le hizo al recién liberado Edward Lacayo, mejor conocido, durante y luego de la Crisis de Abril, como “La Loba”.

Edward, quien durante los días de la lucha, estuvo al frente del grupo que se conoció públicamente en Masaya como “Los Zetas”, casi que empujado por el entrevistador de marras, con preguntas tendenciosas y mal intencionadas, hizo una serie de revelaciones con una particular característica, repetir de manera excesivamente coincidente, la narrativa del régimen acerca de los causantes de la insurrección cívica ciudadana del pueblo nicaragüense, insurrección en la que precisamente Lacayo tuvo una muy destacada participación.

De sobra conocemos, no desde esta Semana Santa, sino desde siempre, el oportunismo político de un sujeto, que ha pasado balanceándose de un partido político a otro, siempre en función de un único objetivo, sus propios intereses, y ha sido fiel a esta premisa a través de su paso por programas de radio y de televisión. Acompañante de Arnoldo, de Eduardo, de Quiñonez, de Boitano, incluso de Álvaro Somoza, quien tuvo que tragar con amargura la traición del Judas que siempre ha sido este energúmeno, al igual que el resto mencionado. Sin embargo, esto es anecdótico únicamente, lo verdaderamente importante es la coincidencia de la narrativa del régimen con la del mercenario del micrófono en cuestión, acerca de las causas y culpables de la Crisis de Abril de 2018: el diabólico, todopoderoso y omnipresente MRS. Una narrativa que actualmente ha dejado de lado Ortega y su aparato mediático, para dejarle la sucia tarea a los plumíferos que tienen a su servicio, tarea que la hacen gustosísimos y con muy buenas calificaciones. Es evidente que nadie hace nada gratis y menos sujetos de la calaña del mencionado, por lo que ya podremos ir adivinando quienes son los verdaderos patrocinadores de este, quienes echan las monedas para que la vitrola continúe lanzando el veneno al aire.

No pretendo hacer defensa ni del antiguo MRS (aclaro que desde el 2017 dejé este partido, por si las dudas), ni de los Suazo o de los Fajardos, ellos se defienden solos y no necesitan de nadie para hacerlo. Sí tengo que alzar mi voz para denunciar la vulgar y grosera manipulación hecha a alguien como Edward Lacayo, recién salido de la cárcel, sometido a las más duras y brutales torturas por el régimen, traicionado y vendido por los mismos amigos del “entrevistador”, y quien producto de las vejaciones sufridas en la prisión, debería ser preocupación de muchos de los que se dicen sus amigos, de proporcionarle acompañamiento psico social, como a la inmensa mayoría de los 222 excarcelados llegados en el Vuelo de la Libertad a los Estados Unidos el 9 de febrero.

Quizás a Edward lo necesita más que nadie, pues a como el mismo lo confiesa y por distintas fuentes nos consta, recibió los castigos más duros, ya que fue el chivo expiatorio de todo lo que sucedió en Masaya, real o ficticio, y el régimen en su inmensa cobardía, se ensañó en un prisionero ya reducido, acusándolo, no por su participación en la lucha de abril, sino por supuestos delitos de tráfico de drogas y posesión ilegal de armas, una desfachatez que se cayó sola al momento de abordar el avión el 9 de febrero. Esa debería ser la principal preocupación en estos momentos, no de lanzarlo a la hoguera de la opinión pública, siguiendo un guion preparado minuciosamente por un sicario de los micrófonos, que sigue al pie de la letra las directrices que le llegan desde hace muchos años desde El Carmen.