Opinión / Ensayos · 26/08/2021

Las repercusiones de la derrota de EEUU en Afganistán

Está claro que Asia Central es, debido a su situación, un tablero muy importante en la escena estratégica internacional, que ha jugado un papel central desde la antigüedad.

La salida marcha estadounidense de Afganistán está marcada por la precipitación, la falta de una visión de largo plazo y bajo una decisión unilateral. EEUU apenas consultó a los aliados europeos, que no tienen margen de acción sin tropas norteamericanas sobre el terreno y abre un cisma con Europa. La confianza transatlántica se desquebraja con la toma de Kabul y allana el camino para más independencia europea de EEUU.

Durante estas dos semanas de drama en Afganistán, las contradicciones entre los dos aliados han sido constantes. En Europa se ha entonado la autocrítica, se ha reconocido que Afganistán es un fracaso para la credibilidad y para los valores occidentales y se ha dado por sentado que la misión militar concluye fallando el objetivo de dejar un país estable y democrático. Contrariamente, Joe Biden ha refutado entonar cualquier “mea culpa” y ha enarbolado el “mission acomplished” asegurando que el objetivo era: derrocar a Al Qaeda.

En el futuro clave será la política china en Asia Central. China no perderá la oportunidad de seguir introduciéndose en la región con proyectos económicos que a medio y largo plazo le proporcionarán la influencia política que busca. La presencia económica china en Asia Central contribuirá a su expansión en otras áreas del planeta.

El profesor Stephen Walt, de la Universidad de Harvard, en su artículo en Foreign Policy sostiene que se trata de una retirada trágica, pero en ningún caso de un desastre estratégico a nivel planetario.

Este planteamiento choca con el del analista Bret Stephens, quien en las páginas de The New York Times escribe que los aliados de EEUU, desde Taiwán a Ucrania, los estados bálticos, Israel y Japón, han visto con aprensión lo ocurrido y han comprendido que su defensa está en sus propias manos en última instancia, y no en las manos de Washington. Stephens dice que lo ocurrido en Afganistán «encaja perfectamente» con que las «garantías de seguridad de EEUU no son fiables» y que Taiwán nunca podrá fiarse de su aliado americano y que, si se produce un ataque chino, los americanos abandonarán Taiwán como han abandonado Afganistán ante los talibanes.

Sin embargo, el profesor Stephen Walt señala que para EEUU el extremo oriente es vital, mucho más importante que Afganistán, y no permitirá una dominación china en esa zona, aunque la realidad es que la influencia china no para de crecer en el continente. Argumenta que EEUU ha decidido bajarse del tren afgano porque era una guerra vana que le suponía unas pérdidas considerables, mientras que sus intereses vitales no estaban en peligro.