En conmemoración del “Día Internacional de la lucha en contra de la Violencia hacia las Mujeres”, el Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua (MAM) señaló que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, es la mayor violadora de los derechos de las mujeres en Nicaragua.
El MAM detalló que en lo que va este 2020, 69 mujeres han sido asesinadas, de las cuales 11 eran menores de 18 años de edad.
La organización feminista responsabiliza de estos femicidios al régimen porque “muchas de estas mujeres pusieron denuncia y no fueron protegidas por las instituciones correspondientes, siendo víctimas también de la violencia institucional”.
“Mientras la Policía y demás instituciones se afanan en perseguir, hostigar, golpear, criminalizar y asesinar a quienes se oponen a la dictadura Ortega Murillo, las mujeres quedan a merced de los femicidas”, denunció MAM a través de un comunicado.
El MAM aprovechó para demandar la libertad de las presas y presos políticos de Nicaragua, y denunciar las acciones “déspotas y violatorias” del régimen Ortega Murillo que ha manipulado y condicionado la ayuda humanitaria a los damnificados de los huracanes Eta e Iota.
Reiteró que las mujeres no se callarán, “seguiremos demandando y denunciando la violencia contra las mujeres, demandando libertad de los presos y presas políticas. Y continuar en la lucha por un país en democracia, justicia, libertad e igualdad”.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
La ONU señala que la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.