El doctor Javier Núñez, miembro de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), que aglutina a más de 500 profesionales de la salud, aseguró en entrevista con La Mesa Redonda que solo la cuarentena, el distanciamiento social, el lavado de manos, entre otras medidas de prevención ante el COVID-19, harán que el débil sistema de Salud de Nicaragua no colapse y que por ende que no haya muchos muertos en el país a causa de la pandemia.
“Va haber cantidades de muertos”, alertó Núñez “si aquí no hacemos las medidas de prevención”, a esto se suma que el Ministerio de Salud (MINSA) no tiene la capacidad para atender a todos los pacientes de coronavirus que pudieran verse gravemente afectados.
El médico explicó que según parámetros epidemiológicos, en cada uno de los países puede infectarse desde un 30% a 50% de la población en general. Por lo que en el caso específico de Nicaragua con una población de un poco de más de 6 millones, habrá al menos 1.800 nicaragüenses contagiados de coronavirus, de estos el 80% posiblemente va a tener una gripe o andará asintomático, pero “un 20% que va a necesitar atención médica y un 3% de esos que van a necesitar terapia intensiva, y de esa terapia intensiva hay un 2% que puedan fallecer”, advirtió.
Pero Núñez fue más realista sobre los cálculos matemáticos sobre los contagios, pues afirmó que con las “medidas suaves y blandengues” que ha tomado el régimen orteguista en Nicaragua, “posiblemente el 90% de la población nicaragüense se va a infectar con unas consecuencias graves y catastróficas”.
El especialista aseveró que en el país ya pasó a la fase tres de la pandemia que es la contaminación comunitaria, pese a que el MINSA asegure lo contrario y que los supuestos seis casos que hay “son importados”.
“El problema importante es esconder la información. Yo oigo decir que hay seis casos y la contaminación es exponencial. Un caso me contaminó a dos o cuatro, pero no sé si esta gente anduvo de arriba para abajo y la contaminación puede ser más. Ya pasamos a la fase tres, la contaminación comunitaria, es decir ya no son importados los que vienen, sino que ya anda el virus circulando y andamos contaminándonos unos con otros. El problema es que no nos damos cuenta porque no se le ha dado el seguimiento claro”, comentó.
“Ahorita se ha aumentado la incidencia de neumonía atípica, ese es el diagnostico que le están poniendo, pero nosotros estamos pensando que pueden ser pacientes con COVID-19”, expresó.
A juicio del Núñez “no existe forma de que no nos vayamos a contaminar” si no se toman medidas serias para la prevención, y de esa forma también evitar el congestionamiento de los hospitales donde solo existen 160 ventiladores.
“Ante un colapso en el sistema de salud, no vamos a hacer nada, porque no vamos a tener capacidad”, auguró el médico.
Pruebas del COVID-19
Por otro lado, Núñez indicó que el régimen orteguista debe descentralizar las pruebas del coronavirus para ofrecer el diagnóstico, pues solo en el laboratorio del Conchita Palacios del MINSA se están haciendo los diagnósticos.
El médico apostilló que “no a todo el mundo se le va a hacer la prueba”, pero existen estrategias de a qué personas se les puede hacer: a los trabajadores de la salud; a pacientes que hayan tenido contacto con gente que haya venido de países donde hay brote de coronavirus, aunque vengan asintomáticos, para poder aislarlos; y a pacientes que presenten síntomas del COVID-19.
Agregó que el régimen orteguista debe destinar a un segmento de la población para realizarles el examen con los 26.000 kits de pruebas rápidas que donó recientemente el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).