El sociólogo y analista político Oscar René Vargas cree que detrás de las recientes amenazas que lanzó el dictador Daniel Ortega al proponer aplicar la cadena perpetua para autores de “crímenes de odio” dirigido expresamente hacia los opositores de Nicaragua, hay cuatro razones que se entrelazan entre sí, y en las que destacan el temor de Ortega a la reanudación de un tsunami social como las protestas que estallaron en abril de 2018, y una posible negociación con Estados Unidos.
“Él quiere meter miedo a la población que protesta, sobre todo porque pienso que él sabe que a partir de octubre la situación económica se deteriora más de lo que ha venido cayendo”, dijo Vargas en entrevista con La Mesa Redonda.
Los cuatro elementos que mencionó el sociólogo son:
Que, debido al deterioro de la situación social, y la falta de empleo, provocará un repunte del movimiento social, “de esa situación, él trata de meter miedo para que nadie de la gente tenga la idea de ir a la calle de protestar de diferente manera. Él sabe que las protestas se han incrementado en los últimos 15 días, protestan que demuestran que sigue el espíritu de lucha que no se ha doblegado”, mencionó Vargas.
“Él toma en cuenta que hubo una sincronización por primera vez en las protestas de los diferentes municipios del país. Es la primera razón por la cual él lanza esa diatriba contra los opositores”, precisó.
Una segunda razón es que Ortega “se está preparando para una negociación con los Estados Unidos, o hay ya una negociación por debajo de la mesa con los Estados Unidos, entonces él sube la parada para negociar lo máximo, es decir el sube a 10 y así negocia a cinco”, explicó.
La tercera razón es que el dictador “teme que, en la reunión de la OEA de octubre, los Estados Unidos propongan declarar ilegítimo el gobierno del régimen Ortega-Murillo”.
“Él (Ortega) ve que también eso podría ser una inyección a una reanudación de la protesta social. Él se está curando en salud y lanza esa campaña de decir que la cadena perpetua, etc., etc.”, declaró.
Un cuarto elemento, es que Ortega también se está dirigiendo a sus bases para asegurarles “que ellos están en la disposición de hacer cualquier cosa para evitar la caída del régimen y llama a las bases para cerrar filas alrededor de su persona”, valoró el analista.
Vargas concluye que estos cuatro elementos, demuestran el temor de Ortega, “el miedo de que no tiene capacidad de poder resistir una nueva ola, un nuevo tsunami social”.
Ayer, Ortega dijo que los opositores “no tienen alma, no tienen corazón, no son nicaragüenses, son hijos del demonio, son hijos del diablo, y están cargados de odio”, y que se sienten “intocables porque se les dio una amnistía” en el contexto de la crisis sociopolítica, pero que ya no habrá indulto ni amnistía “que valga”.