Francisco Morales López y Sheyla Hernández, dos nicaragüenses establecidos en Costa Rica, se informan sobre las noticias de su país de origen por medio de los medios digitales que operan desde internet.
Esos medios digitales surgieron a raíz del estallido social en Nicaragua en 2018, que desató protestas antigubernamentales que dejaron al menos 300 muertos, cientos de detenidos y miles de exiliados. El régimen de Daniel Ortega ordenó el cierre de los medios de prensa independientes, pero la censura fomentó la creación de nuevas plataformas, medios digitales que han logrado sobrevivir, resistir y reinventarse.
Muchos de esos medios informan sobre la crisis política que vive el país centroamericano, donde no hay libertad de prensa. De acuerdo con informes de Voces del Sur, un organismo que monitorea la situación del periodismo en la región, en 2021 ocurrieron en Nicaragua 702 ataques contra la prensa, y en lo que va de 2022 ya superan los 672.
Morales llegó a Costa Rica en 2018 y Hernández en 2001. El primero migró por razones políticas y la segunda por razones económicas, pero ambos comparten el mismo sentir: mantenerse al tanto de lo que ocurre en su país.
Medios para exiliados están en el exilio también
Entre los ataques, Voces del Sur reporta el exilio forzado de periodistas nicaragüenses. Solamente en julio de este año, la organización contabilizó 17 periodistas exiliados, la mayoría de ellos a Costa Rica, país donde se encuentra casi en su totalidad la redacción del diario La Prensa.
Pedro Vaca, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, destaca el trabajo del periodismo nicaragüense a pesar de la “censura” que Ortega ha impuesto.
“Desde la relatoría hemos podido observar un periodismo resiliente, que ante esta adversidad, refrenda y confirma su compromiso con su trabajo, con su mandato, con brindar a la ciudadanía información”, dijo Vaca.
De acuerdo con estadísticas de la organización gremial llamada Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), actualmente existen unos 20 medios digitales que son una alternativa para los exiliados.
PCIN destaca que hay una variedad de medios digitales que reportan en diversos formatos, entre ellos escritos, de radio, y audiovisuales, para que las audiencias elijan el formato que deseen.
Hernández, la nicaragüense establecida en Costa Rica, trabaja de lunes a sábado en una tienda en el centro de San José. Señala que ve las noticias de Nicaragua en YouTube.
“Cuando llego a casa después de trabajar, me pongo a cocinar y veo el resumen de noticias que ofrecen en un canal en YouTube llamado Café con Voz, y que es producido por un nicaragüense exiliado”, dijo Hernández. En dos horas logra actualizarse de lo que ocurrió en el día, agregó.
Francisco Morales en cambio opta por las notas escritas, pero también prefiere un resumen del día.
“Soy muy selectivo en lo que consumo (…) Divergentes, por ejemplo, me gusta mucho. Ellos filtran mucho la información y me gusta cómo la muestran, y una que otra sátira, me gusta a veces ver la realidad de esa manera”, menciona.
Informarse para superar el duelo de migrar
Un psicólogo nicaragüense que conversó bajo el anonimato con La Prensa y la Voz de América, indicó que la salud mental en procesos de migración varía, según las condiciones del proceso migratorio.
Y en este sentido explica que hay migrantes y exiliados que viven bajo un proceso de negación como parte “natural del duelo” y como forma de “resistencia al cambio que significa algo doloroso” y eso se refleja en el consumo de los medios digitales, que aunque estén fuera del país, las personas buscan cómo seguirse informando.
“Quien emigra no solo pasa por la negación, sino también por tristeza, ira, culpa, hasta llegar a integrar esa experiencia dolorosa como parte de la experiencia de su vida. Pero para esto el apoyo psicológico es clave”, explica.
Ruth Quirós Hernández se desempeña como especialista en psicología en el Colectivo De Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más asistiendo a migrantes. Cuenta que en muchas ocasiones estas personas acuden en búsqueda de apoyo “porque buscan sentirse cerca de su tierrita” y quizás esto tiene que ver con la forma en que salieron del país, en algunos casos de forma traumática.
“Por ejemplo, hace unos días una persona me decía, ‘yo no me atrevo a irme a otro país porque yo sé que en cualquier momento, si mi mamá enferma y yo tengo que volver para poder verla una última vez, voy a volver. No importa cuáles sean las consecuencias’. Creo que esa cercanía les mantiene viva la esperanza. Muchos buscan mantenerse informados sobre lo que pasan en Nicaragua porque, aunque su cuerpo está aquí ocupando un espacio físico, su mente y su corazón no; su mente y su corazón están en Nicaragua con su familia”, contó.
Imelda Torres, otra psicóloga nicaragüense que asistió a familiares de opositores a Ortega desde la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) se suma a los comentarios de los expertos y menciona que la decisión de los exiliados de cambiar su estilo de vida, la cultura y el entorno familiar tiene consecuencias emocionales y por tanto deben tratarse.
“El impacto del fenómeno de la migración es grande. Los profesionales de la salud mental estamos observando cómo la migración afecta a nivel personal, familiar y qué abordaje debe de darse, urgen estudios enfocados con terapia acorde”, alertó.
Informar desde el exilio “un ejemplo de valentía”
Pedro Vaca por su parte recalca que el periodismo “es un ejemplo de valentía impresionante” y que la crisis actual ocupa un rol fundamental en los nicaragüenses.
“Yo resalto los niveles de solidaridad gremial que he podido percibir dentro del periodismo nicaragüense, son superlativos. Las redes de apoyo que se han construido para, incluso, personas que se han visto forzadas a salir son importantes. El hecho de que se continúe en el esfuerzo de informar, a pesar de todos los obstáculos que se han presentado, es algo que tiene una dosis alta de heroísmo y ha sido reconocido por la comunidad internacional”, concluye Vaca.