El obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, dijo el domingo que Nicaragua, que está inmersa en una grave crisis social, política y de derechos humanos, está viviendo su propio desierto, y está “tentada por el odio”.
“Nicaragua vive su propio desierto, el desierto de la prueba, de la crisis social, política, económica y sanitaria por la pandemia”, afirmó el obispo durante su homilía en la iglesia catedral San Pedro, en Matagalpa.
“Hay pobreza, dolor, hambre, soledad, a veces confusión, los campesinos desamparados, las mujeres ultrajadas, los niños abandonados, el desierto es lugar de prueba, ahí nos encontramos con Dios, en quien ponemos nuestra total y única confianza y esperanza”, continuó el religioso.
Para el prelado, Nicaragua también está siendo “tentada por el odio, la desesperanza, el miedo” y “no debemos ceder ante eso” porque, según dijo, “Dios está con nosotros”.
“Nicaragua está haciendo tentada por la ambición, el protagonismo, los intereses de grupos y los intereses personales, por ideas extrañas a nuestra idiosincrasia, por una cierta sordera o insensibilidad con la realidad que vive el pueblo”, continuó.
Nicaragua está “tentada por grupos de clanes y a veces hasta por intrigas”, añadió.
Por su lado, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo en su homilía que el “desierto” es una etapa para superar dificultades, temores y tentaciones como una experiencia necesaria para crecer y acoger la voluntad de Dios.
Báez observó que en el “desierto” algunos fieles pueden ser tentados por “satanás”, pero tienen que aprender a reconocer la voz de Dios.
“El desierto es el lugar de la tentación. La tentación es una experiencia humana inevitable que nos coloca cara a cara con nuestra libertad y que todos hemos vivido alguna vez. La tentación es ese momento en que misteriosamente nos sentimos solos, atraídos por el mal que nos amenaza siempre y que puede arruinar nuestra vida y alejarnos de Dios”, anotó.
Ambos religiosos se refirieron al pasaje bíblico en el que Jesucristo fue “empujado” por el Espíritu al desierto.
*Con EFE