“Es mi sueño volver a Nicaragua”, dijo monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, pero exiliado en Estados Unidos desde 2019, al medio NTN24, que lo acompañó en una de las misas que dirigió desde la Iglesia Santa Ágata, en Miami, y desde donde pidió la libertad del obispo Rolando Álvarez.
El obispo expresó que extraña la gente de Nicaragua. “Me hace mucha falta mi pueblo y estar en un país extranjero lejos de mi pueblo es una herida y un vacío muy grande en mi corazón de pastor”.
Báez recordó que su exilio fue una petición del Papa Francisco para preservar su vida ante las amenazas del régimen Ortega-Murillo en Nicaragua.
“No fue decisión mía salir del país, sino que el Papa Francisco me pidió hacerlo y por obediencia a él lo acepte; ahora me doy cuenta que el Papa tenía razón. Yo nunca hubiera salido, nunca hubiera dejado a mi pueblo, creo que hay que proteger a las ovejas no al pastor”, subrayó.
“Si Rolando me pudiera escuchar quisiera decirle que no está solo”
En la misma entrevista, el obispo Báez exigió la liberación de monseñor Rolando Álvarez, “obispo de Matagalpa que está en la cárcel por la dictadura sandinista de Nicaragua porque es un hombre justo e inocente”, señaló.
“Si Rolando me pudiera escuchar quisiera decirle que no está solo, que con él estamos sus hermanos obispos y con él está todo el pueblo de Dios y tanta gente que seguimos clamando por su libertad”, declaró.
“Se fuerte Rolando, confía en el Señor”, finalizó Báez.
El obispo exiliado, calificó de “irracional” la situación política y social que vive Nicaragua en manos del régimen de Ortega.
“Ya no tenemos palabras para describir lo irracional, lo complejo y lo terrible que es la situación de un país que se ha vuelto una gran cárcel”, sostuvo.