La calificadora Moody’s auguró un “renovado shock económico” para Nicaragua a causa de la pandemia del coronavirus, y vaticinó que el Producto Interno Bruto (PIB), caerá un 4%.
La proyección de la calificadora se basa en que a consecuencia del COVID-19, el país sufrirá el mayor impacto por la merma en los recursos que se reciben del exterior, tanto por las exportaciones, como por las remesas familiares y la inversión extranjera, detalla el diario La Prensa.
“Hasta ahora, la respuesta política del gobierno al brote del coronavirus ha sido relativamente laxa. A diferencia de muchos países de la región, Nicaragua no ha impuesto una cuarentena nacional, no ha cerrado negocios no esenciales, no ha emitido órdenes de quedarse en casa, ni ha cerrado oficialmente sus fronteras”, señaló Moody’s.
Destacó que, aunque las empresas nicaragüenses permanecen abiertas, un deterioro en el entorno externo “agravará la débil economía existente”.
“Al igual que sus vecinos centroamericanos, la economía de Nicaragua es altamente dependiente en exportaciones (45% del PIB) y remesas (12%), particularmente hacia y desde los Estados Unidos, que representa aproximadamente el 70% de las exportaciones de Nicaragua y proporciona casi el 50% de sus remesas”, subrayó.
Asimismo, Moody’s indicó que la Inversión Extranjera Directa (IED), otro impulsor histórico del crecimiento de Nicaragua, va a continuar su disminución en la medida que la liquidez global se agota durante el resto de 2020.
Condiciones políticas
A juicio de la calificadora, la economía de Nicaragua seguirá debilitada aunque pase la pandemia, debido a que no se ha resuelto el conflicto político y la incertidumbre se incrementará a medida que se acerquen las elecciones en el 2021.
Para Moody’s Nicaragua en el mediano plazo crecerá en 2 a 2.5%, a causa del alto grado de incertidumbre “dado que es probable que las condiciones políticas permanezcan sin resolver después del coronavirus”.